Vendedor de aceites, uno de los muertos en El Progreso

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muerto en El Progreso
Franklin Andrés Ramírez Peña

REDACCIÓN. Sólo uno de los dos jóvenes asesinados en El Progreso, Yoro, ha sido identificado por las autoridades locales.

Se trata del joven Franklin Andrés Ramírez Peña de 26 años de edad, mientras que del otro no se supo la identidad, ya que no portaba documentos.

Se supo que el muchacho se dedicaba a vender aceites para motos en la referida zona donde fue asesinado ayer lunes por la tarde.

LOS HECHOS

El doble crimen se produjo en el Barrio Buenos Aires, donde los dos jóvenes estaban frente a una pulpería y de repente llegaron sujetos en motocicletas y los acribillaron en el acto.

El hecho se registró en la calle principal del citado barrio que conduce al Colegio «Perla del Ulúa».

Junto a Ramírez Peña fue asesinado un taxista, de quien no se proporcionó su identidad y ambos estaban jugaban maquinitas cuando fueron ejecutados.

Vecinos del lugar llamaron al 911 para alertar a las autoridades que minutos después llegaron al zona y personal de Medicina Forense identificó a uno de los fallecidos.

Cuerpos del vendedor y taxista en El Progreso
Cuerpos del vendedor y taxista en El Progreso

El 96 por ciento de los homicidios quedan en total impunidad en Honduras, de acuerdo a estudios de Sociedad Civil. Del cuatro por ciento de los casos que llega a ser judicializado, apenas el dos por ciento obtiene sentencia condenatoria.

Asesinan a muchacho tras darle persecución

Carlos Javier Figueroa Díaz (19), fue ultimado en la Colonia Altos de Santa Fe, a manos de dos sujetos que le daban seguimiento.

Familiares del infortunado, manifestaron que este salió de su casa el domingo anterior con dirección a la citada colonia.

Testigos aseguraron que Figueroa Díaz era perseguido por dos sujetos armados.

Y una vez que le dieron alcance le dispararon en reiteradas ocasiones, acabando con su existencia de inmediato. El joven presentaba varias heridas de arma de fuego, pero se descartó el robo como móvil.

Ya que al momento del reconocimiento de ley portaba todas sus pertenencias. Los mismos dolientes expresaron que desconocen los motivos del porqué acabaron con su existencia.

Ya que era un hombre que no se metía con nadie y evitaba los problemas.