SAN PEDRO SULA, HONDURAS. El programa radial «Sonriendo y Comentando» quedó sin director debido a la muerte del comunicador social e historiador Virgilio Andrade, mejor conocido como «El hombre de las verdades», lo que nuevamente enluta al gremio periodístico de San Pedro Sula, zona norte del país.
El icónico periodista tenía experiencia en la historia de San Pedro Sula y Honduras, con su programa que estuvo al aire por más de 30 años.
En los últimos meses, Andrade formaba parte de Freedom Radio con los programas Buenos Días San Pedro y Buenas Noches San Pedro.
Virgilio Aquiles Andrade Hernández nació el 22 de mayo de 1934 en Tegucigalpa. Aparte de su extraordinaria memoria poseía una voz inconfundible.
Por más de 42 años, el periodista mantuvo su gustado programa Sonriendo y Comentando con el que deleitaba a sus oyentes.
Don Virgilio, de contextura delgada y alto, era capaz de mantener largas conversaciones y comentarios hasta por tres horas en esa radio donde grandes y chicos lo escuchaban desde las 6:00 a.m. hasta las 9:00 a.m. Él batió récord de audiencia desde los campos bananeros de La Lima, Cortés; El Progreso, Yoro; Tela, Omoa, Belice e Islas de la bahía hasta donde la frecuencia radial llegaba.
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Algunos hondureños a bordo de barcos como marineros lo escuchaban en alta mar así como los miles de expatriados del país.
Postura franca y directa
Durante su juventud, el comunicador mantuvo su postura franca y directa para decir las cosas lo que le trajo problemas con algunas autoridades, sobre todo con militares y policías, así como algunos políticos que lo obligaron a exiliarse en Nicaragua y El Salvador.
Algunos de sus amigos comentaban, en los cafetines sampedranos donde frecuentaba, que don Virgilio era nicaragüense lo que él negaba al sacar una vieja tarjeta de identidad hondureña.
Don Virgilio era amplio conocedor de hechos históricos como la célebre masacre del 44, hecho que ocurrió en las calles sampedranas cuando era un niño de 10 años.
Igual compartía con la gente y caminaba tranquilo por las calles y mercados donde tomaba sus alimentos y recopilaba información y quejas ciudadanas.
Asimismo asistía bien elegante de corbatín y lentes oscuros Ray-ban, anillos y cadenas de oro y plata, brillantes zapatos FlorShein a bordo de un clásico Chevrolet Impala cola larga color blanco en el que llegaba a distintos eventos sociales.
Siempre controversial y franco su gran popularidad en mercados y calles lo llevaron a convertirse en regidor municipal donde probó las mieles del poder político.
Terminado su periodo como funcionario municipal se le vio con un cartel «exigiendo prestaciones» y pago de publicidad frente a la alcaldía sampedrana.
Don Virgilio retornó a los micrófonos de radio siempre con su personalidad alegre y servicial pero al salir de su acostumbrado programa les dijo a sus compañeros de la Radio Conga que se sentía mal.
En una última foto se observa que abordó el vehículo junto a sus compañeros que ahora queda de recuerdo.
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