Redacción. Consternación, tristeza y dudas ha generado la repentina muerte del doctor y anestesiólogo hondureño Said Ernesto Cálix en El Progreso, Yoro.
El cuerpo sin vida del profesional fue encontrado el viernes 28 de marzo en el interior de su casa en la residencial La Perla. Said, quien tenía apenas 40 años y gozaba de buena salud, dejó a muchos sorprendidos por su fallecimiento.
Según algunos informes, el galeno trabajó por varios años en el Hospital General de El Progreso, donde atendió a numerosas personas y dejó una huella en la comunidad.
Era una persona conocida en la zona por ser hijo del abogado Apolonio Ortiz Cálix y de doña Rosa Valladares. Diversos entes e instituciones emitieron acuerdos de duelo, lamentando la irreparable pérdida para la familia.
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¿Ya se sabe lo que pasó?
Durante algunas horas, las causas de su muerte no estaban claras y circuló en las redes sociales que el anestesiólogo había tomado la fatal decisión de quitarse la vida. Muchas personas comenzaron a especular y lamentar lo ocurrido, ya que era un hombre con un futuro prometedor.
Horas más tarde, sus familiares aclararon la situación y respondieron a varios comentarios, informando que Said había fallecido por un infarto fulminante mientras se encontraba a solas en su casa, lo que explicaría la forma en que encontraron su cuerpo.
Una dama y conocida de la familia expresó: «Said no era un mal muchacho. Sé que él no tomaría esa decisión. Era un hombre serio y responsable desde casi niño; fue un gran ejemplo de responsabilidad y dedicación en su vida y gran profesional. Era un muchacho feliz; nunca le vi un desorden emocional. Que Dios lo reciba en su regazo».
Una vez que se tuvo conocimiento de la situación, agentes policiales acudieron al lugar y realizaron las pesquisas necesarias para investigar los hechos y determinar qué ocurrió realmente.
Sepelio
Los restos mortales del profesional fueron velados en la funeraria Amor Eterno de El Progreso. La misa de cuerpo presente se celebró este domingo a las 8:00 de la mañana en la iglesia Las Mercedes y, posteriormente, se realizó su sepelio en el cementerio Hall.
Said Cálix dejó un legado lleno de humanidad y profesionalismo, tanto por la manera en que se desempeñó como anestesiólogo como por su calidad humana, tanto con el gremio médico como con los pacientes. Hoy, El Progreso, lamenta su muerte y ha mostrado su apoyo a la familia doliente.