Redacción. El Índice de Ciudades Felices 2025, elaborado por el Instituto de Calidad de Vida del Reino Unido, ubicó a ciudades de Noruega, Dinamarca, Finlandia y Suecia en la categoría “dorada”.
No sorprende, entonces, que Mineápolis —una de las dos únicas ciudades estadounidenses junto a Nueva York en esa categoría— tenga fuertes vínculos con los países nórdicos. Esta ciudad de Minnesota alberga la mayor comunidad de migrantes noruegos, finlandeses y suecos fuera de Europa. Sus primeros pobladores llegaron a mediados del siglo XIX, huyendo del hambre y la persecución religiosa.
Con sus inviernos largos y fríos, sus lagos y paisajes naturales, Mineápolis recuerda a las tierras nórdicas. Sus habitantes aseguran que el cambio de estaciones influye directamente en su bienestar.
«Aunque los inviernos son fríos y los veranos pueden ser calurosos y húmedos, tenemos muchos días de sol, muchos más que otras ciudades«, explica Steven Rothberg, residente desde 1988.
«A la gente aquí le gusta estar afuera. Es raro que haya días nublados, grises o con lluvia, lo que hace que sea mucho más fácil planificar y disfrutar de actividades al aire libre, incluso sin importar si hace frío o calor», añade.

Cultura ciclista
Mineápolis es una de las ciudades con mayor uso de bicicletas para desplazarse al trabajo. Algunas encuestas indican que dos tercios de la población las utiliza para ir a la escuela, hacer recados o trabajar.
La ciudad ha invertido en una amplia red de ciclovías. Destaca la Gran Rounds Scenic Byway, de 70 kilómetros, que conecta el centro con el río Misisipi y la zona de los lagos al noreste. En total, Mineápolis cuenta con 35 kilómetros de vías exclusivas para ciclistas y otros 140 kilómetros de senderos fuera del tráfico vehicular, muchos de ellos construidos sobre antiguas líneas de tren.
«Estos caminos y senderos crearon a partir de antiguas líneas de tren que sirven ahora para ciclistas y caminantes. Si miras el mapa te das cuenta que se puede ir desde cualquier parte de la ciudad en bicicleta sin tener que usar durante más de 2 kilómetros una vía compartida con automóviles«, explica Rothberg.
«La belleza, la serenidad y la seguridad de estos senderos es un gran beneficio de vivir acá, uno que yo aprovecho casi todos los días», añade.

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Naturaleza y bienestar
El índice de Ciudades Felices otorgó a Mineápolis una alta calificación en temas ambientales, gracias a sus espacios verdes, bajos niveles de contaminación y enfoque en sostenibilidad. Los senderos para caminar y andar en bicicleta conectan con una extensa red de parques que incluye 22 lagos y 180 áreas verdes.
«Lo de los parques y lagos es increíble. Cuando estoy trabajando tomando fotos en distintas partes de la ciudad, me doy cuenta del increíble acceso que tenemos a los espacios naturales de la ciudad«, cuenta Kristine Barron, fotógrafa de bodas.
«La ciudad ha construido muchos senderos para caminar y para bicicletas, bibliotecas públicas y centros comunitarios, lo que demuestra lo que valoran el bienestar y la conexión», añade.
El informe también resalta el crecimiento económico, el costo de vida accesible y la innovación educativa. Casi un cuarto de los residentes cuenta con un máster universitario, y uno de cada cinco habla un segundo idioma.
«La naturaleza abierta de la gente y las políticas que se han aplicado facilitan que cualquier persona pueda venir a vivir aquí y sentirse en casa», explica Kristen Montag, exgerente de marketing de la Asociación de Visitantes y Convenciones de Mineápolis.
La diversidad cultural está acompañada de un fuerte sentido de comunidad. «Culturalmente, la gente aquí es amable, centrada en la comunidad», dijo Barron.
Recuerdo y resiliencia
Mineápolis ha vuelto a ser centro de atención al conmemorarse cinco años del asesinato de George Floyd a manos de la policía. En su honor, la ciudad celebra el Festival Rise & Remember, que combina arte y activismo como parte del proceso de sanación colectiva.
Esa misma energía creativa se manifiesta a lo largo del año. «El verano significa cafés al aire libre, conciertos y festivales que llenan los días, mientras que el invierno trae consigo un acogedor abrazo a la cultura del sauna, actividades al aire libre como esquí de fondo, snowboard o patinaje sobre hielo, y la cultura del café, cenas junto a chimeneas (¡tanto en interiores como al aire libre!) y festivales de cerveza en espacios abiertos como el Winter Beer Dabbler», señaló Montag.
«La primavera y el otoño también son estaciones preciosas».
Para quienes visitan por primera vez, los locales recomiendan empezar en el puente Stone Arch, un monumento nacional de ingeniería civil con vistas a las cataratas de San Antonio.
«Empieza la visita al atardecer», recomienda Barron.
«Disfrutarás de vistas panorámicas, la belleza de la ribera y una auténtica sensación del corazón de Mineápolis. También es uno de mis lugares favoritos para tomar fotos, así que no te olvides de la cámara», anota.

Gastronomía y cultura
Entre las joyas gastronómicas locales destaca Owamni, un restaurante de cocina indígena galardonado con el premio James Beard al mejor nuevo restaurante en 2022. Su propuesta excluye ingredientes coloniales como trigo, azúcar y lácteos. En su lugar, utiliza productos locales de temporada como bisonte, salmón curado con arándanos y poblanos rellenos.
Otra recomendación popular es probar la Jucy Lucy, una hamburguesa con queso derretido en su interior, creación disputada por los restaurantes 5-8 Club y Matt’s Bar.
Aunque el famoso Mall of America —el centro comercial más grande de EE.UU.— atrae a miles de turistas, los residentes afirman que no se diferencia mucho de otros centros comerciales, salvo por su tamaño y su parque de diversiones.
«Solo que es más grande y con un pequeño parque de atracciones en el centro», explica el escritor Michael MacBride.
Para experiencias más auténticas, los habitantes recomiendan el Jardín de Esculturas de Mineápolis, con 60 piezas de gran tamaño, incluida la icónica fuente Spoonbridge & Cherry. El Centro de Arte Walker, que ofrece entrada gratuita los jueves, completa la propuesta cultural con arte contemporáneo, cine y espectáculos en vivo.
«Mineápolis tiene una gran energía creativa», concluye Barron. «Mucho arte, música y fotografía. Es una ciudad que aprecia los pequeños detalles».
Con una sólida infraestructura urbana, un compromiso con el bienestar colectivo y una vibrante vida cultural, Mineápolis se posiciona como una de las ciudades más felices del mundo. Su modelo combina sostenibilidad, inclusión y calidad de vida, reflejando cómo una ciudad puede transformar sus desafíos en fortalezas y convertirse en un referente para otras urbes a nivel global.
Fuente: BBC