Redacción. El regreso de Mike Tyson al ring después de 1.097 días generó un ambiente cargado de expectativas. La leyenda del boxeo, conocido por su estilo feroz y explosivo, volvía a ponerse los guantes a los 57 años para enfrentarse a Jake Paul, el polémico influencer y ahora boxeador profesional.
Desde el inicio, el contraste entre ambos era evidente: mientras Tyson apareció con su habitual mirada desafiante, Paul hizo una entrada estrafalaria en un coche descapotable junto a su hermano Logan, recordando que para él el espectáculo es tan importante como la pelea.
El primer asalto fue de estudio, con ambos pugilistas midiendo distancias y lanzando apenas unos cuantos golpes. Tyson conectó un derechazo aislado, mientras que Paul respondió con un jab sólido. A pesar del apoyo abrumador del público hacia «Iron Mike», el combate pronto tomó un rumbo inesperado.
En los siguientes rounds quedó claro que Tyson no era el mismo boxeador que dominó los años 80 y 90. En el tercer asalto, Paul empezó a encontrar su ritmo, aprovechando los vacíos en la defensa de Tyson, quien se veía cada vez más lento y estático.
Para el cuarto round, el cansancio de Tyson era evidente; sus piernas pesaban y sus ataques carecían de la agresividad característica que lo hizo famoso. Paul, por su parte, mostraba confianza, conectando combinaciones y manejando mejor los tiempos del combate.
Derrota
El público esperaba una reacción de Tyson que nunca llegó. El sexto y séptimo rounds fueron dominados por Paul, quien aprovechó el desgaste físico de su oponente. Aunque Tyson intentaba mantenerse en la pelea, su ofensiva era mínima y sus movimientos, tardíos. Para el octavo y último asalto, la posibilidad de un milagro parecía lejana, y el control de Paul se consolidó.
La decisión unánime de los jueces a favor de Jake Paul confirmó lo que ya era evidente. Con esta victoria, «The Problem Child» sumó su décima victoria profesional y reafirmó su relevancia en el mundo del boxeo espectáculo. Sin embargo, más allá del resultado, el respeto mutuo entre ambos fue el verdadero protagonista al final del combate.
Tyson, siempre directo, reconoció que su desempeño fue afectado por una lesión en la rodilla y expresó su frustración, pero dejó claro que no tenía nada que demostrarle a nadie, excepto a sí mismo. Además, bromeó sobre la posibilidad de enfrentarse a Logan Paul en el futuro.
Por su parte, Jake Paul elogió a Tyson como una leyenda e ícono del boxeo, destacando lo difícil que fue enfrentarlo. También aprovechó el momento para dejar abierta la puerta a nuevos retos, incluyendo un posible enfrentamiento con Canelo Álvarez, a quien provocó diciendo: «Canelo me necesita, yo no lo necesito a él».