Redacción. Maynor Jovel Mata Hernández es un médico que entrega todo por el bienestar de los niños, incluso hasta cuando no viste una bata blanca. Al quitársela se viste de civil, pero continúa apoyando a los pequeños.
Él nació el 21 de octubre de 1982, en la cama 33 del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en San Pedro Sula. Sin embargo, la ciudad que lo vio crecer fue Choloma, Cortés.
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De niño, Maynor tuvo una infancia tan feliz que, de ser posible, hasta la volvería a repetir, según afirma. Recuerda que cuando estaba menor jugaba libremente «las potras apostadas, con las porterías de piedras, cantarito y muchos juegos más».
Tuvo sus primeros estudios con normalidad. Fue hasta cuando entró a la secundaria que se interesó por la medicina. En ese entonces su hermano mayor ya estaba adentrado en ese mundo.
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¿Cómo nace el amor por la pediatría?
La pediatría nace en el Hospital de Santa Bárbara Integrado, donde realicé mi servicio social. En ese tiempo inauguraron la sala de Neonatología dirigida por la doctora Marly Castellanos, quién me impactó y fue un ejemplo a seguir por su amor y dedicación a los niños más pequeños, los recién nacidos.
Tenía mi plan de irme a México a estudiar Urología, ya estaba obteniendo información de la especialidad, pero mi esposa (que en ese tiempo era mi novia) realizaba su internado rotatorio en el hospital Mario Catarino Rivas y me comentó que tenían la especialidad de Pediatría.
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¿Cuál ha sido su logro más grande?
El logro más grande que he obtenido es la confianza que las personas tienen en mí, en cada uno de los proyectos y actividades. Es algo que Dios me ha encomendado y quiero cumplirle de la mejor manera.
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¿Qué significa ser el representante de la Asociación Pediátrica Hondureña Capítulo Valle de Sula?
Ser presidente es todo un honor, una responsabilidad y un reto. Es representar a cada pediatra y es un privilegio por representarlos dignamente ante la sociedad académica y la sociedad hondureña.
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¿De dónde surge la vocación por ayudar?
De mis padres aprendí el darse a los demás de una forma desinteresada, sin esperar nada a cambio. Aprendí que la empatía es lo más importante para una mejor sociedad, a ser justos, honrados y sentir el dolor ajeno como propio.
Entendí que el ejemplo es la mejor forma de enseñar a los hijos a ser un buen ciudadano, a realizar obras de amor de forma anónima y cuando se trate de manejar actividades públicas a ser transparentes.
Cuando mi mamá falleció nos dimos cuenta de que ayudaba a miles de personas. Ella lo hacía desde el anonimato y hoy que está en un mejor lugar descubrimos cuánta gente era ayudada por ella.
Ese ejemplo real nos ha llevado a realizar múltiples actividades en apoyo a los más desfavorecidos desde el anonimato y hoy también desde el apoyo en conjunto con la sociedad civil, la empresa privada y con todo el orgullo desde la Asociación.
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Podría compartirnos uno de sus sueños más grandes
Mi sueño personal es que nuestro hospital Mario Catarino Rivas tenga todo lo necesario para poder dar una atención digna a todos los niños y personas que no pueden asistir a una atención privada. La próxima meta es la adquisición de un ecocardiógrafo para la sala de recién nacidos y pediatría.
Actividades que benefician a los niños
El médico realiza actividades junto a la Asociación y apoyo de la población como el proyecto «Cirugía digna» y «Cocinando por una causa».
Empresas e instituciones también se han unido a sus proyectos porque confían en las buenas acciones y sobre todo en los resultados finales que son para beneficiar a los pequeños.
Muchos quirófanos han sido equipados gracias al acercamiento del doctor y las personas que lo respaldan.
Running 4 The Children
El pediatra manifestó que este 21 de abril realizarán una de las actividades más grandes: «Running 4 The Children».
«Es una actividad familiar donde podremos compartir en familia de muchas estaciones con actividades realizadas por los patrocinadores, llenas de color, música, alegría y sobre todo de mucha empatía y amor para nuestros niños de escasos recursos económicos», dijo.
