Más de 9 mil niños asesinados en Honduras

0
2130

Por: Félix Ovidio Cubías

Ovidio Cubias
Ovidio Cubias

Organizaciones Internacionales que gozan de credibilidad, prestigio y de un alto perfil moral, como CASA ALIANZA, sección de Honduras, nos ha dado a conocer estadísticas desgarradoras e increíbles que colindan con la barbarie, y referente a la situación de miles de niños, niñas y adolecentes entre los siete y los veinte tres años que viven en las calles en San Pedro Sula y Tegucigalpa.

El Observatorio de los Derechos de la Niñez de CASA ALIANZA, con más de 26 años trabajando en Honduras y luchando a favor de éste grupo desamparado que ha preferido la libertad de la calle a la vida de miserias que pasan en sus hogares, tiene la autoridad para a dar a conocer este tipo de informaciones.

Estamos hablando de un total de veinte mil niños expuestos a los más crueles maltratos, crímenes, violaciones, al consumo y venta de drogas, a las enfermedades, al reclutamiento forzoso del crimen organizado, a la incorporación obligada a las bandas o maras, expuestos quizá a lo más grosero, a la estigmatización e indiferencia por parte de la sociedad y el Estado.

Este problema lacerante no es reciente, para el caso en el gobierno liberal de Carlos Flores Facussé se registraron 1019 asesinatos de niños y en el gobierno de Ricardo Maduro, nacionalista y panameño, fueron 1976 desde luego qué, a estas alturas en el Siglo XXI, ésas cifras son mayores, y se han desarrollado con el incremento de la pobreza, la inseguridad, el crecimiento de los negocios sucios, la gran importación de maras, signos de una sociedad en decadencia donde el gobierno actual debería brindarles protección y seguridad y que, por el contrario, se ha vuelto hostil, según el criterio de éstas organizaciones.

No se podría contar o explicar el sufrimiento de éstos miles de niños en las calles, sencillamente porque allí, aprendieron a dejar de ser niños y saben que no llegaran a ser adultos. En fechas como el 12 de abril se recuerda el Día Internacional del Niño en las calles, donde participan millones en todo el mundo, o sea que el problema es mundial pero que, desde luego, Honduras tiene el primer lugar.

Paradógicamente, mientras la Primera Dama de Honduras Ana Garcia, realizaba un viaje a los EEUU en compañía de un selecto grupo de personajes del gobierno, para conocer de primera mano la situación de los niños inmigrantes, en los albergues de la Frontera Sur, viaje éste que en nada convenció a los hondureños,  quienes opinaron que era nada más un viaje de relajamiento y de compras.

Y para colmo de males, bajo el costo de la miserable economía hondureña, el Presidente Juan Orlando Hernandez realizó simultáneamente un viaje a Europa a un costo de DIEZ MILLONES DE LEMPIRAS, con más claridad a Copehagen, Dinamarca, a un desfile de modas donde él fue el único invitado presente. Que forma más descarada de gastar los dineros del pueblo hondureño.

Porque no invirtieron ésos millones de lempiras desvaluados que gastaron en esos viajes sin razón o lógica, en atender a los miles de niños en las calles de San Pedro Sula y Tegucigalpa?

Pensamos que estas organizaciones como CASA ALIANZA en Honduras son con una piedra en el zapato del Presidente Hernandez, y sabemos que, su Director el Sr. Ruelas, ha sido en varias oportunidades amenazado de muerte pero que se puede esperar de un gobierno corrupto, coludido con los negocios turbios donde la vida no vale nada?

Entonces de qué gobierno estamos hablando y de qué país, esas escalofriantes cifras, de nueve mil asesinatos de niños en pocos años, parece no importarle a nadie, no han sido tomadas en consideración y son un cero a la izquierda, lo que nos indica que no hay interés, no hay conciencia humanista, no hay un sentido de los derechos humanos, para la salvación de lo que muchos embriagados en tertulias palaciegas, han asegurado, “que los niños son la esperanza de HONDURAS y del mañana”. Esa expresión es pura farza, los hechos demuestran lo contrario y como van las cosas esta niñez, en una Republica como Honduras, está al borde de alimentarse con las deyecciones de las 235 familias multimillonarias que han reducido a la categoría de escoria a un país, sin soberanía, libertad y dignidad, Honduras, pues no será una Republica bananera, remesera, cocainera sino pordiosera.