Redacción. Siete niños, de entre 2 y 14 años de edad, murieron asfixiados junto a su madre en el incendio de su casa en Francia, provocado por una secadora en las primeras horas del lunes, indicaron las autoridades.
«En Charly-sur-Marne, un trágico incendio causó la muerte de siete niños y de su madre. La Nación comparte el impacto y la pena de su familia y de sus allegados», tuiteó el presidente francés, Emmanuel Macron.
El drama en Charly-sur-Marne, ciudad situada a unos 80 kilómetros al noreste de París, se produjo «a priori por una secadora que se incendió en la planta baja», indicó la Fiscalía.
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Descartan insalubridad
Los menores, cinco niñas y dos niños, y su madre murieron asfixiados, ya que «los cuerpos no estaban calcinados», precisó a AFP el fiscal de Soissons, Julien Morino-Ros, que descartó un problema de «insalubridad» en la casa.
«Espero de todo corazón que no sintieran nada, que no vieran nada. Estábamos allí, en la calle. Toda la noche hemos visto el horror», dijo a AFP Sylvie Corré, esposa del propietario de la casa.
Los vecinos alertaron a los bomberos, pero la intervención fue complicada ya que la casa se encontraba en una calle estrecha de esta localidad de 2,600 habitantes.
«Vi sobre todo humo, mucho humo», dijo una vecina, Evelyne Renaud. «¡Pobres niños!», lamentó.
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Apoyo de los vecinos
Un vecino «bombero» -el primero en intervenir «individualmente»- rescató al padre de la familia antes de la llegada de los equipos de rescate, según la prefectura de la zona y el ministerio público.
El padre de esta familia reconstruida -cuatro hijos eran de un primer casamiento de la madre- sufrió quemaduras graves y fue trasladado al hospital, pero su vida no corre peligro.
El hombre intentó intervenir en el incendio en la planta baja, donde se encontraba la secadora, y pidió a su familia que se refugiara en la segunda planta, una buhardilla, según el fiscal.
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La tristeza se apoderó en la mañana del lunes de la localidad. Dos madres, que volvían de llevar a sus hijos a la escuela situada a unas decenas de metros, lloraban.
«El director de la escuela tenía lágrimas en los ojos», asegura una de ellas, cuyo hijo era amigo de una víctima. Dos psicólogos estaban presentes en el centro, según esta mujer, que rechaza dar su nombre.
El último drama similar en Francia tuvo lugar el 15 de diciembre en Vaulx-en-Velin, cerca de Lyon (sureste), con un balance de diez muertos, entre ellos cuatro niños.