Redacción. El Parlamento británico aprobó hoy un proyecto de ley sobre la eutanasia para Inglaterra y Gales, avanzando hacia las siguientes fases del proceso legislativo luego de un debate marcado por intensas controversias éticas y religiosas.
Con 330 votos a favor y 275 en contra, la propuesta supera este primer obstáculo y ahora deberá ser revisada en comisión antes de ser sometida nuevamente a la votación en ambas cámaras del Parlamento.
El texto permitiría el suicidio asistido a los pacientes en Inglaterra y Gales que se encuentren en fase terminal, con no más de seis meses de esperanza de vida. Para acogerse a la eutanasia, deberán además capaces de expresar su voluntad de manera clara y obtener luz verde de dos médicos y un juez.
Su promotora, la diputada laborista Kim Leadbeater, asegura que estas cláusulas lo convierten en el texto «más robusto» del mundo sobre ese asunto. Ante la Cámara de los Comunes, declaró que el texto busca otorgar «elección, autonomía y dignidad» a los adultos con una enfermedad en fase terminal.
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La ley actual «no es clara y no protege a los pacientes, a las familias ni al personal de salud, lo cual empuja a la gente a acciones desesperadas», argumentó. Varios países han legalizado la eutanasia para enfermos en fase terminal, como Países Bajos, España, Colombia, Ecuador o Canadá.
Apoyo
Un sondeo publicado el viernes por el instituto YouGov señala que las tres cuartas partes de los habitantes de Inglaterra y Gales apoyan este cambio en la ley.
La periodista Esther Rantzen, enferma terminal de cáncer que hace campaña por esta ley, instó a los diputados a aprobarla porque «en caso de fracaso, no volverá probablemente al Parlamento antes de diez años». Tras la votación, se dijo «encantada» por el resultado.
La asociación Care Not Killing, opuesta al suicidio asistido, se dijo en cambio ‘decepcionada’ e hizo notar que el resultado fue ‘sumamente ajustado’. Actualmente, el suicidio asistido es ilegal en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, donde se pena con hasta 14 años de prisión a quienes ayuden o inciten a cometerlo.
Escocia, que dispone de competencias propias en materia de sanidad, debe votar un proyecto de ley sobre la cuestión en 2025.
Preocupaciones
La votación parlamentaria en Westminster tuvo un acalorado debate sobre posibles abusos o límites que puedan ejercerse sobre personas vulnerables o discapacitadas.
Una treintena de líderes religiosos expresaron su «profunda preocupación» de que algunas personas sientan «el deber de morir» para dejar de ser una carga para su entorno. Otras voces reclamaron que, antes de autorizar la muerte asistida, se mejore la financiación de los cuidados paliativos.
«Hay un punto en el que todo el mundo está de acuerdo (…) Hace falta más inversión en los cuidados paliativos y de fin de vida», resumió Katie Reade, de la organización Hospice UK.
Aunque la propuesta nace de sus filas, el gobierno laborista no la ha respaldado oficialmente. El desenlace depende de las convicciones personales más que de las directrices de partido.
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