Laboratorio subterráneo de París revela secretos de obras de arte

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AFP. En París, bajo el jardín de las Tullerías, existe un misterioso laboratorio subterráneo, digno de James Bond, donde las obras de arte revelan sus secretos.

Es el Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF), que la AFP pudo visitar.

Detrás de una puerta blindada a 17 metros bajo tierra, este centro bajo grandes medidas de seguridad tiene una superficie de 5.900 m².

Sus tres niveles albergan un plató técnico, un acelerador de partículas llamado Aglae y salas de examen donde los objetos de arte reciben regularmente un «chequeo médico».

En el centro trabajan 150 especialistas. Hay conservadores, radiólogos, químicos, geólogos, ingenieros metalúrgicos y arqueólogos. Ellos examinan cerca de mil obras de arte francesas y extranjeras cada año.

Los estudios técnicos y tecnológicos realizados en el centro permiten identificar los materiales con los que se hicieron las obras, su procedencia y antigüedad, cómo fueron ensamblados, así como los fenómenos de alteración que son invisibles a simple vista.

En función de esos análisis altamente sofisticados, algunas obras son luego encaminadas a los talleres de restauración, ubicados en una ala del Louvre y en Versalles (suroeste de París).

El centro cuenta además con un auditorio y un centro de documentación.

– La escultura camboyana de Vishnu –

El C2RMF ha analizado obras maestras como la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, los vitrales de la Santa Capilla de París o de la catedral de Notre Dame, un sable del emperador Napoleón o la escultura del Auriga de Delfos, una de las estatuas de bronce más famosas de la antigua Grecia.

David Bourgarit, arqueometalúrgico del Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF), en París, traslada la estatua de bronce del siglo XI de Vishnu el 6 de junio de 2024 © Julien de Rosa / AFP
David Bourgarit, arqueometalúrgico del Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF), en París, traslada la estatua de bronce del siglo XI de Vishnu el 6 de junio de 2024 © Julien de Rosa / AFP.

Recientemente el centro recibió los restos de una escultura monumental camboyana del siglo XI para una serie de análisis.

Esta escultura la restaurarán antes de una exposición programada en 2025 en el Museo Guimet de artes asiáticas en París, y luego en Estados Unidos.

Obra maestra del arte jemer, descubierta en 1936 en el sitio de Angkor, esta escultura monumental es una de las pocas representaciones de este dios del hinduismo en su forma reclinada.

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«Faltan muchos fragmentos, pero originalmente tenía una longitud de aproximadamente seis metros, una diadema y un tocado,» explica David Bourgarit, ingeniero de investigación en arqueometalurgia, quien dirige el proyecto.

Las pruebas se realizan en una sala especial, con puertas de plomo, para evitar la radiación.

«En las cejas, esos pequeños puntos blancos son claramente metal añadido, más denso que el cobre, pero necesitaremos realizar otros análisis para determinarlo», describe Bourgarit.

«Somos como la NASA, cada uno con su especialidad. Nuestras escenas del crimen son los hallazgos arqueológicos. Tratamos de entender quién las hizo, cómo y por qué, como en una investigación policial,» comenta Bourgarit.

El Vishnu será examinado y fotografiado minuciosamente.

Un análisis de rayos X de la estatua de bronce del siglo XI de Vishnu reclinado, llegada de Camboya, realizado en el Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF), en París, el 6 de junio de 2024 © Julien de Rosa / AFP
Un análisis de rayos X de la estatua de bronce del siglo XI de Vishnu reclinado, llegada de Camboya, realizado en el Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia (C2RMF), en París, el 6 de junio de 2024 © Julien de Rosa / AFP.

Algunas áreas serán «exploradas con otras técnicas». Entre ellas están:

-La fotogrametría.

-Escaneos 3D.

-Fluorescencia de rayos X.

Ellos buscan determinar la composición de un material o la espectrometría, detalla el especialista.

El objetivo es «localizar el yacimiento y el sitio de fabricación» de la gigantesca estatua.

– El Aglae –

Algunos fragmentos quizás serán examinados por el «Acelerador (de partículas) de Análisis Elemental del Grand Louvre, instalado a finales de los años 1990 y el único en el mundo que trabaja exclusivamente con obras de arte», explica Quentin Lemasson, ingeniero y especialista en este equipo.

El Aglae se puede comparar con el CERN (el laboratorio europeo para la física de partículas) que se halla bajo tierra entre Francia y Suiza, aunque consume 1.000 veces menos energía, precisa Lemasson.

El Aglae es linear, a diferencia del CERN, que es circular.

Con el acelerador «creamos partículas, las aceleramos, las hacemos pasar por un tubo largo y luego surge un haz que interactúa con el objeto». De ese choque salen diferentes tipos de radiación, algunas partículas rebotan y crean energía. Todo ello permite, según Lemasson:

-Determinar grosores.

-Detectar si se utilizó oro sin tener que extraer muestras.

-O determinar la proporción de cobre y estaño en un bronce.

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