Los vecinos, conmovidos por la historia de Yaya, han donado 800.000 yuanes para costear los gastos del hospital y que así, esta mujer divorciada, pueda ser operada
El amor no tiene límites, y la edad no entiende de ellos. Eso han pensado en un hospital, al ver en una niña de 3 años a una experimentada cuidadora, madura y dispuesta a entregarse a la causa.
Su madre, divorciada y de 30 años, resultó gravemente herida en un accidente de tráfico y desde entonces está postrada en el hospital. Pero, curiosamente, no han sido las enfermeras las que han encabezado el pelotón de cuidados que la enferma necesita; ha sido su hija, a la que han apodado como Yaya, por su ferviente de dedicación a la recuperación de su madre.
Impedida para moverse de la cama del hospital, la víctima del accidente aguarda todos los días a que su pequeña la alimente, la lave y, en los momentos más duros, a que la anime, que la consuele. Yaya ya no es solo su hija, se ha convertido en su pequeña enfermera, y el principal motivo para que la enferma quiera acelerar su recuperación, para corresponderle.
Esta mujer divorciada no tuvo fortuna al sortear al vehículo que la embistió y, en principio, tampoco iba a tenerla para subsanar las consecuencias que provocó. No podía costearse la operación, pero gracias al increíble lazo que une a la pequeña con su madre y a su conmovedora historia, los vecinos han decidido donar 800.000 yuanes para costear los gastos médicos y que los cuidados y el amor que ahora profesa Yaya sean pronto recíprocos.
