AFP. Parte de la fortuna de la familia real de Mónaco fue depositada en paraísos fiscales, según una investigación publicada por el diario francés Le Monde, en base a los cuadernos del que fue su administrador durante décadas, ahora caído en desgracia.
El periódico se basa en las notas que tomó Claude Palmero, administrador del patrimonio real durante más de dos décadas.
Claude Palmero trabajó para el príncipe soberano Rainiero III y su esposa, la actriz estadounidense Grace Kelly, y luego para su hijo, el príncipe Alberto, que accedió al trono en 2005.
Palmero, que ocupaba el cargo desde 2001, cuando reemplazó a su padre, fue obligado a dimitir el año pasado y ha iniciado acciones judiciales contra el monarca.
Le Monde indica que según los cuadernos de Palmero, que se llevó con él, algunos fondos de la monarquía han estado durante años en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas, dos paraísos fiscales.
Sociedades offshore
Jean-Michel Darrois, el abogado del príncipe Alberto, confirmó a la AFP que «efectivamente se crearon sociedades offshore en Panamá en 1984 en tiempos de Rainiero III».
Pero según el letrado, Alberto II había pedido «varias veces» a su administrador que resolviera la situación, «lo que no hizo».
«Desde el relevo de Palmero, todo esto se está liquidando», asegura Darrois, que también indica que en 2002, antes de la llegada al trono de Alberto, se crearon empresas en las Islas Vírgenes Británicas.
La abogada del exadministrador, Marie-Alix Canu-Bernard, asegura por su parte que «nunca hizo nada sin el conocimiento de quienes lo contrataron».
«Todo lo contrario, todo siempre se hizo en perfecto acuerdo con ellos y en su más estricto interés», afirmó.
No están claras las motivaciones de la familia real para colocar fondos en el extranjero ya que Mónaco no aplica impuestos sobre la renta o sobre el patrimonio.
Pero fuentes cercanas a la familia real apuntan que objetivo habría sido evitar que la prensa o cualquier otra persona estuviera al corriente de sus finanzas.
Acusaciones recíprocas
Mónaco, el segundo país más pequeño del mundo después del Vaticano, está gobernado por la dinastía Grimaldi desde 1297.
En las últimas décadas, el principado, donde no se aplican impuestos, ha atraído a celebridades y personas adineradas. Esto, con el consiguiente aumento de los precios inmobiliarios en este pequeño territorio de 2km2.
Desde su despido, Palmero ha intentado sin éxito demandar a la familia real a través del sistema legal de Mónaco. Este mes presentó una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo al considerar que no recibe un juicio justo en el principado.
Los abogados de Palmero, Canu-Bernard y Christophe Llorca, indicaron que también presentó una denuncia en Mónaco. Esto, contra la familia real por «intento de extorsión y robo».
La familia real acusó a su vez a su exadministrador de «abuso de confianza» y «robo de documentos».
Según Le Monde, Palmero supervisaba las asignaciones para los miembros de la familia real. Incluidas las hermanas del príncipe, Carolina y Estefanía, y la de su esposa Charlene.
El periódico Monaco-Matin acusó a Palmero de difundir información privada de la familia.
Sin embargo, sus abogados aseguran que el exadministrador advirtió a Le Monde que sus cuadernos eran «confidenciales y se suponía que no debían hacerse públicos».
El año pasado el Consejo de Europa advirtió a Mónaco sobre las deficiencias en su lucha contra el lavado de dinero.
En este sentido, el principado anunció la semana pasada la creación de una nueva autoridad para la seguridad financiera. Esta empezará a trabajar en breve para combatir el lavado de dinero y otros tipos de corrupción.