REDACCIÓN. «La Motopollo» es el resultado del ingenio de Carlos Manuel Aguilar, un hombre de profesión soldador que decidió utilizar sus habilidades e imaginación para ganarse la vida de una forma diferente; asar y vender pollo en su motocicleta.
Con cinco hijos y su señora esposa, que es la que le da el sazón (sabor) al pollito, este hombre emprendedor dejó la soldadora por un lado y decidió diseñar una moto en donde pudiera instalar su anafre y una vitrina en la que guarda el pollo y las tortillas para dedicarse luego a la venta de está sabrosa comida que disfruta casi a diario el hondureño.
«Pues me decían que era peligroso por la gasolina, pero yo investigué y descubrí que la gasolina prende, pero con fuego, no con calor y esto (anafre) lo que produce es calor» aseguró el dueño de la motopollo, siempre con una sonrisa en su rostro.
A pesar de los altos índices de desempleo e inseguridad en Honduras, que sin duda alguna se está haciendo mucho para mejorar, Don Carlos dice que «gracias a Dios a mí no me cobran impuesto de guerra aquí y con la venta puedo mantener a mi familia y me va muy bien».
Carros estacionados y personas de todos los estatus paran en el kilómetro 9 de la carretera que conduce de Tegucigalpa al sur del país, a pocos metros de la discoteca New Villa Flor esta la «motopollo» llamando la atención de los viajeros.
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Alegría, higiene y salud es lo que promete don Carlos al enfatizar en la importancia de comer alimentos asados por qué no contienen nada de grasa.
Y de manera exclusiva dijo este hombre luchador que gracias a las ganancias ya está trabajando en otro invento que seguro sorprenderá mucho a su clientela y a nuestros maravillosos lectores.
La frase, «No es lo que vendas, es como lo vendas», la han acuñado los estudiosos de la mercadotecnia y con estos ejemplos se vuelven ley.
Fuente: Actualízate