AFP. La mitad de los ecosistemas de manglares del mundo están en riesgo de colapsar debido al cambio climático, la deforestación y la contaminación. Según informaron en un estudio publicado el miércoles por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Esa organización, conocida por elaborar la lista roja de especies amenazadas, llevó a cabo un análisis de las reservas de manglares en 36 regiones distintas.
Esa evaluación «pone de relieve la necesidad de urgente de una conservación coordinada de los manglares. hábitats cruciales para millones de comunidades vulnerables en el mundo».
Plantas marinas
Esas plantas son árboles o arbustos que crecen principalmente en aguas marinas o salobres a lo largo de la costa o en las orillas de ríos con mareas en climas ecuatoriales.
En su estudio, la IUCN advierte que «un 50% de los ecosistemas de manglares analizados están en riesgo de colapso» que, en un 20% de los casos, es grave.
Amenazas para esos ecosistemas: Deforestación, contaminación, construcción de presas y el incremento del nivel del mar o la mayor frecuencia de tormentas debido al cambio climático.
Alrededor del 15% de costas del mundo están cubiertas por manglares, que cubren una superficie de 150.000 kilómetros cuadrados.
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Un tercio de los ecosistemas analizados están amenazas por el aumento del nivel del mar.
Según las estimaciones del estudio, una cuarta parte de la superficie ocupada por manglares estará sumergida en 50 años si continúa el ritmo actual, afirma la IUCN.
Zonas
El noroeste del océano Atlántico, el norte del océano Índico, el mar Rojo, el mar de China Meridional y el golfo de Adén son las zonas que pueden verse más afectadas.
El estudio señala que cuidar esos entornos es clave para mitigar los efectos del cambio climático.
Un manglar sano ayuda a lidiar mejor con la subida del nivel del mar y protege a la población frente a los estragos causados por fuertes tormentas.
Los ecosistemas de manglares son excepcionales por su capacidad de suministrar servicios esenciales a la población y la reducción del riesgo de desastres costeros.
«Su pérdida sería desastrosa para la naturaleza y la población en todo el globo», agregó.