Redacción. Honduras está llena de talento y un claro ejemplo es la cantautora Kimberly Romero. Con su dulce voz y letras sinceras y románticas, ha conquistado corazones dentro y fuera del país, demostrando que el arte hondureño puede brillar con luz propia cuando nace desde el alma.
Originaria de Talanga, Francisco Morazán, Kimberly ha construido su carrera con determinación, disciplina y un profundo amor por la música.
A pesar de los retos que implica abrirse camino como artista independiente en Honduras, ella ha logrado posicionarse como una voz auténtica que canta lo que siente y siente lo que canta.
Con la humildad y amabilidad que la caracterizan, Kimberly conversó con Diario Tiempo para compartir detalles de su niñez, su trayectoria, las alegrías y frustraciones del camino artístico, y el sueño que la impulsa cada día: que su música llegue y toque corazones en todo el mundo.
Entrevista a Kimberly Romero
Pregunta. ¿Dónde creció y cómo fue su infancia?
Respuesta. Nací y crecí en Talanga, Francisco Morazán. Mi familia ha sido una parte fundamental en mi vida y en mi carrera. Desde pequeña, mis papás me impulsaron muchísimo. Comencé cantando en los festivales de Talanga cuando tenía apenas 8 años y, para mi sorpresa, gané el primer lugar en mi primer concurso. Desde entonces, seguí participando en festivales rancheros, en el Festival de la Caña… siempre con el apoyo de mis padres, que me motivaban a asumir retos más difíciles para que fuera desarrollando mi talento.
P. ¿Cómo te diste cuenta de que tenías un talento especial para cantar?
R. Al principio, la verdad, no me gustaba tanto cantar. Era muy introvertida. Pero una vez, mi papá —que también canta y toca guitarra, como varios en mi familia— me escuchó cantar, bajito, con pena, y decidió inscribirme en un festival.
Gané el primer lugar. Al principio pensé que había ganado sólo por ser una niña simpática compitiendo con adultos… pero ahora que escucho grabaciones de esa época, me doy cuenta de que sí había algo especial.
P. ¿Cuándo comenzaste a tomar la música en serio?
R. Desde los 8 años nunca dejé de cantar. Era algo que me apasionaba, así que siempre estuve activa. A medida que fui creciendo, seguían surgiendo oportunidades, fui acumulando experiencia. La música se convirtió en parte de mi vida.
P. ¿Cómo comenzaste a hacerte más conocida?
R. El verdadero impulso vino con el concurso Escalera al Triunfo, de Televicentro. Gané el primer lugar. Fue la primera vez que sentí la presión y la emoción de presentarme ante todo un país, porque era Honduras entera la que votaba. A partir de ahí, mi nombre comenzó a sonar más.
P. ¿Acompañaste tu talento con estudios académicos?
R. Sí, estudié en la Escuela Nacional de Música y eso fue muy importante para mí. La academia te da ese conocimiento extra: entender qué estás haciendo y por qué. Fue una experiencia hermosa, aprendí a tocar instrumentos, a cantar en coros… Además, tengo una Licenciatura en Arte con Orientación en Música de la Universidad Pedagógica.
P. ¿A qué edad escribiste tu primera canción?
R. Empecé desde niña, jugando a escribir canciones en un librito de Las Chicas Superpoderosas que aún conservo. Les ponía letra y melodía; para mí, ya eran canciones formales.
P. ¿Cómo fue grabar tu primera canción en estudio?
R. Después de ganar Escalera al Triunfo, con el premio grabé una canción, pero en ese entonces no existían las redes sociales como ahora —creo que ni Facebook había—. La canción sonó quizá en Talanga, en la radio local, pero no pasó a más. No tuvo mucho alcance.
P. ¿Te desanimaste porque esa canción no pegara?
R. No, para nada. Siempre seguí cantando y haciendo música, colaborando con otros artistas y grabando jingles para varias marcas.
P. ¿Cuándo volviste a grabar de nuevo?
R. Después de un tiempo, sentí conscientemente que debía hacer mis propios proyectos y aportar mi música. Tras la pandemia, comencé a conversar con Chia Casanova (compositor hondureño) para ver si podía grabar algunas de las canciones que tenía guardadas en mi cuadernito.
Todo ya era más digital y empecé a mostrar mi música formalmente. Quizá no tengo el millón de reproducciones que uno quisiera, pero la experiencia me gustó mucho.
Le puede interesar: De las calles a los escenarios: Laudry Peña, un ejemplo de superación y talento
P. ¿Qué sueñas con tus canciones?
R. Claro, que uno espera tener muchas reproducciones y que la gente escuche y valore lo que uno propone, pero más allá de eso, siento esa necesidad profunda de crear, de sacar música y mantener ese fuego. Creo que Dios me está preparando para que en algún momento llegue a muchísima gente.
P. ¿Cómo describís tu estilo musical?
R. Me gusta ser muy abierta y explorar diferentes géneros y maneras de escribir. Me he nutrido de todo lo que he cantado y escuchado a lo largo de los años, y eso hace que mis letras y melodías cambien conmigo.
Soy muy consciente de que, más allá de ser un producto, disfruto la música, y quiero que quienes me escuchan también sientan esa calidad.
P. ¿Qué artistas te han influenciado?
R. Escucho de todo lo que me aporte. En Honduras, mi escuela más grande ha sido la banda Hibriduz Jazz, con quienes he hecho varios proyectos y hasta he viajado a Nueva Orleans, Estados Unidos, a representar a Honduras. Esa experiencia me permitió crecer y crear mucho.
p. ¿Cómo fue pararse en un escenario en Estados Unidos?
R. Una experiencia curiosa y bonita. La primera vez llevábamos canciones en honor a Honduras, una mezcla de punta y jazz. Teníamos la duda de si al público le gustaría, porque la mayoría no hablaba español. Pero la gente se acercaba, bailaba con los tambores, me decían que tenía una linda voz y que sonaba muy bien. Nos preguntaban de dónde éramos. La mayoría no era latina, y los cumplidos nos los decían en inglés. Fue algo muy especial.
P. ¿Se valora más al artista nacional fuera de Honduras?
R. Sí, muchos que han logrado sobresalir han tenido que irse de Honduras, pero siento que vamos avanzando. Cada vez más personas nos siguen en las plataformas y poco a poco se está creando una cultura musical.
P. ¿Es difícil este camino?
R. Sí, es difícil. Por eso pido que se valore el esfuerzo que implica hacer música. Yo si pudiera, tendría mil discos grabados, pero los recursos y todo lo que implica son otro mundo, pero lo he disfrutado. Desde que tengo uso de razón he vivido de la música, soy maestra de música y hago música. Cuando algo cuesta, se valora más.
P. ¿Qué viene para Kimberly Romero?
R. Estamos viendo ideas para sacar un nuevo sencillo y seguir haciendo música. El video letra de “Se busca un amor” sale hoy. Quiero seguir explorando otros géneros y disfrutar el proceso.
Lea también: Isariel Berrios, el hondureño que busca hacer conciencia social con su música
P. ¿Qué le dirías a la Kimberly de 9 años que soñaba con ser cantante?
R. Le diría que lo ha hecho bien, que todo el esfuerzo ha valido la pena porque todavía sigue disfrutando lo que hace.
P. ¿Y a las niñas hondureñas que sueñan con ser artistas?
R. Les diría que luchen por lo que quieren. Ahora hay más herramientas para dar a conocer su talento. Antes era más difícil empezar, pero ahora no hay excusa para no mostrar ese talento que Dios nos ha dado.