Los precios de los productos de la canasta básica familiar, sobre todo los de aquellos artículos de mayor consumo en la época navideña, han saltado por encima del decreto de congelación, que, como era previsible, resultó ser una carabina de Ambrosio.
En defecto de la Fiscalía Especial para la Defensa del Consumidor (otra carabina de Ambrosio), un monitoreo de la Asociación para la Defensa de la Canasta Básica da cuenta del disparo inflacionario de los precios de los comestibles, debido, naturalmente, al aumento de la demanda y la disminución de oferta.
De hecho, y en correlación con la clásica e invariable ley de la oferta y la demanda, la congelación de los precios de 20 productos de la canasta básica familiar decretada por la Secretaría de Desarrollo Económico no surtió efecto, ni siquiera en cuanto al propósito demagógico oficial de embobar a los consumidores.
Este decreto de manera similar a los aplicados en otras ocasiones ha resultado ser doblemente perjudicial para la economía familiar. Uno, porque se pone en vigencia inmediatamente después de que los precios de los comestibles se alzaron en previsión del congelamiento, y dos, porque la prohibición no es respetada, y, en consecuencia, da lugar a un incremento mayor de los precios al consumidor.
A esto debe agregársele la carga del impuesto del 1,5% por el volumen de ventas, que, además de ser ilegal por su característica de doble tributación en relación con el impuesto sobre ventas, afecta en cascada el precio de los artículos a lo largo de toda la cadena de comercialización.
Este golpe tributario, asimismo, conspira contra la producción y reduce aún más la oferta, contribuyendo así, de manera significativa, a endurecer la dinámica de la oferta-demanda, y, por lo mismo, conduce a la elevación automática de los precios al consumidor final.
Así vemos, de manera sencilla y ostensiblemente práctica, el desorden de la política económica y tributaria del régimen, que contradice las reglas más elementales de la economía de Estado, en el caso de Honduras por mandato del Fondo Monetario Internacional, FMI enfocada exclusivamente a la reducción del déficit fiscal y al pago de la deuda externa.
A pesar de estas verdades del tamaño del Congolón, (dicho sea de paso, el pico desde donde se precipitó según la leyenda histórica el héroe Lempira derribado por el arcabuzazo español, y al que el ciudadano presidente Juan Orlando Hernández le rinde apasionada memoria), el gobierno, al vencimiento del decreto de congelación de precios, se dispone a prorrogarlo con demasiada frescura.
