Redacción. «Quien es cruel con los animales no puede ser una buena persona», decía el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, una frase que entienden muy bien los voluntarios de «Huellas Soldiarias UNAH CU», un grupo de amantes de los animales que rescata, cura y cambia la vida de las mascotas en situación de calle.
Una de las fundadoras y líder del grupo es la joven Brenda Julissa Agurcia, licenciada en periodismo. Actualmente es pasante de la carrera de derecho y pese a su apretada agenda se hace un tiempo junto a sus amigos para cuidar y darle mucho amor a las mascotas rescatadas.
Mientras disfrutaba de un día libre, la joven atendió a Diario Tiempo para compartir un poco sobre la historia de este grupo de Catrachos Ejemplares que, sin esperar nada a cambio, invierten tiempo y recursos en aquellos indefensos que vagan por las duras calles de la ciudad.
¿Cómo inició todo?
El voluntariado fue creado el 13 de marzo del presente 2024, cuando un grupo de amigos de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras decidió actuar ante la gran cantidad de animales, en su mayoría perros, que hay en las calles de la capital en busca de refugio.
Huellas Solidarias está conformado por unos 25 voluntarios, de los cuales algunos son estudiantes, egresados y otros son jóvenes ajenos a la universidad.
Brenda cuenta con mucho orgullo que fue una de las fundadoras del voluntariado, debido a su amor por los animales, su nobleza y el cariño que muestra sin importar el maltrato que hayan sufrido.
«Decidimos empezar Huellas solidarias para que esos animalitos tengan un lugar donde dormir calentitos y siempre tengan comida», expresó la periodista.
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Maltrato y abandono
Por otra parte, la estudiante señaló que Huellas Solidarias UNAH tienen como objetivo promover el bienestar animal, la protección y sensibilización en la comunidad universitaria y más allá.
«Buscamos fomentar un ambiente de respeto, compasión y responsabilidad hacia los seres vivos, contribuyendo así a crear un mundo más humano y sostenible», explicó.
Lastimosamente, muchos de los perritos o gatitos que los jóvenes rescatan están en muy malas condiciones de salud, por la indiferencia y maldad de algunos ciudadanos.
«En su mayoría llegan a nosotros ya enfermos o muy golpeados. Los llevamos al veterinario y a veces nos dicen que no hay mucho que hacer por ellos», relató.
De acuerdo con la experiencia de los voluntarios, en la capital se abandonan más gatos que perros, ya sea porque se quedan huérfanos o porque los dueños los dejan en cajas, en basureros o en solares baldíos y requieren muchos más cuidados.
Irresponsabilidad
Otro de los principales factores por los que hay tantos animales en situación de abandono es porque muchos ciudadanos adoptan por emoción, pero olvidan que una mascota es una seria responsabilidad.
«Las personas adoptan solo porque se ven bonitos, no piensan en los gastos que conlleva tener una mascota. No solo es darle alimento, es llevarlo al veterinario, darle vitaminas, desparasitante, vacunas y mucho más. Cuando se dan cuenta de eso, deciden dejarlo en la calle», lamentó la voluntaria.
Sin embargo, este grupo de universitarios hacen todo lo posible para rescatar a la mayor cantidad de perros y gatos posibles y pese al poco tiempo que llevan activos han logrado cambiarle la vida a más de 40 mascotas, entre perros y gatos.
Adopción
Una vez que Huellas UNAH rescata a los animales, los lleva al veterinario y según el diagnóstico, pueden iniciar el proceso de adopción.
«El ciudadano que quiera quedarse uno de nuestros rescatados debe llenar solicitud de adopción. Se dan algunos datos personales del adoptante. Una vez se da la adopción hacemos un seguimiento de 6 meses para ver la adaptación del animalito y las condiciones en las que se encuentra», explicó Agurcia.
Las personas que no viven en el casco urbano también pueden adoptar, la única diferencia es que Huellas Solidarias solicitará fotos de la mascota con el adoptante una vez al mes.
Refugio
Por ahora, el refugio de Huellas Solidarias está ubicado en la Universidad Autónoma de la capital, detrás del edificio B1, por el camino que lleva a las piscinas. Sin embargo, podría ser transferido a inmediaciones del Palacio de los Deportes, siempre dentro del campus.
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Mantener el refugio no es una tarea fácil, por lo que aparte de las donaciones de buenas personas, los estudiantes deben realizar diversas actividades para financiar comida, medicamentos y todo lo que los animales necesitan.
«Hacemos de todo para mantener el proyecto. Vamos por toda la universidad solicitando donaciones para los animalitos de Huellas Solidarias. También vendemos donas, pines y stickers con el logo de Huellas Solidarias para los que nos quieran apoyar», expresó.
Los jóvenes han buscado ayuda gubernamental, pero de momento no han recibido ninguna respuesta, por lo que decidieron no preguntar más y seguir adelante con el proyecto por sí solos.
No al maltrato animal
Para finalizar, Brenda hizo un enfático llamado a la población, a cuidar a los animales y no abandonarlos, pues ellos no tienen la capacidad de valerse por sí mismos. Asimismo, instó a los ciudadanos a no golpearlos.
«Los animalitos tienen la capacidad de entender como un niño de tres años, imagina gritarle y patearlo para que entienda lo que le estás diciendo. Con golpes no resuelves nada, si no te agrada dáselo a alguien que sí lo va a cuidar. Tampoco lo abandones en la calle porque ese animalito va a estar esperando a que regreses por él», explicó.
Los hondureños de buen corazón que se interesen en proteger a los animales pueden ir a las redes sociales de la asociación que aparece como:
- Facebook: Huellas Solidarias UNAH CU
- Instagram: Huellas UNAH CU
- Tiktok: Huellas Solidarias UNAH
El voluntariado acepta cualquier tipo de donativo como alimentos, platos, medicamentos. Todos los donativos serán para beneficio exclusivo de las mascotas.
El dato: Huellas Solidarias está conformado por unos 25 voluntarios, entre estudiantes, egresados y personas ajenas a la UNAH que aman a los animales.
La frase: «No adopten si no tienen los recursos. Si tienen los recursos, pero no la voluntad, no adopten, piénselo bien porque es una gran responsabilidad».