Tegucigalpa, Honduras. El director del Foro Hondureño Social de Deuda Externa (Fosdeh), Mauricio Díaz, señaló que Honduras padece de una «pobreza crónica» que afecta a 7 de cada 10 personas, pese a la millonaria inversión destinada a reducir este flagelo.
«Lamentablemente, Honduras sigue padeciendo una pobreza que llamamos crónica”, lo que representa que 7 de cada 10 personas viven en condición de pobreza, y 5 de cada 10 son pobres extremos, señaló Díaz en una entrevista a la agencia de noticias EFE.
Al menos 6 millones de hondureños son pobres, una situación «muy dura» que ha impulsado la migración irregular y refleja que la pobreza en Honduras es un «tema irresuelto», señaló Díaz.
Lamentó que no hayan «visos» y que «no se vean pasos» para cambiar de forma rápida los altos índices de pobreza en Honduras, donde se están perdiendo empleos de «manera masiva» y la ejecución de inversión pública ha caído.
Profundidad de las desigualdades
El gasto social ejecutado por diferentes gobiernos y la inversión en la «fallida» Estrategia de Reducción de la Pobreza, según el economista, lejos de traducirse en una mejora de la calidad de vida de la población, han contribuido a la «profundización de las desigualdades sociales y la perpetuación de la pobreza» en la nación centroamericana.
«En nombre de los pobres y la pobreza, hemos usado en los últimos años entre 700.000 millones y 900.000 millones de lempiras (entre 28.462 millones y 36.592 millones de dólares), lo que representa muchos miles de millones, pero el resultado es terrible, hay más pobres»
En opinión de Díaz, la pobreza ha servido de justificación a diferentes gobiernos para aprobar altos presupuestos públicos, pese a que la estrategia de reducción del número de pobres «no existe en términos reales».
La pobreza en Honduras, un país de 9,7 millones de personas, aumentó al 73,6 % en 2021, con un alza de 10 puntos porcentuales con respecto al 63,7 % de 2001, según los últimos datos oficiales, citados por el Foro Social de la Deuda Externa.
Condiciones críticas
Sin precisar cifras, Díaz indicó que, con el paso del devastador huracán Fifí, en 1974, la tasa de pobreza en Honduras aumentó, así como el endeudamiento y la inversión pública “inadecuada”.
En Honduras no ha habido políticas públicas para combatir la corrupción, la pobreza o mejorar los senderos del desarrollo, pues la economía es sostenida por las remesas que envían miles de hondureños que han emigrado, cuyo dinero ha contribuido a que el número de pobres no sea mayor, explicó.
La pobreza, enfatizó el economista, «aflora por todos lados y cuando la gente tiene que usar zapatos o ropa interior de segunda es porque la condición en que vive es crítica» en el país, donde el gasto público no aborda de manera adecuada las «crecientes» necesidades de la población.
Ante este panorama, el director del Fosdeh afirmó que Honduras se ha convertido en «una fábrica de empobrecimiento», lo que, además, «limita» la esperanza de vida de los hondureños.
Abogó por mejorar la inversión pública y privada, generar empleos y combatir la corrupción, uno de los flagelos que en gran medida es la causa de los altos niveles de pobreza en Honduras, donde 2,3 millones de personas tienen problemas de trabajo.
Honduras debe «reemprender un camino de inversión pública y privada diferente a la que hemos tenido», enfatizó Díaz, que cuestionó también «la ausencia de política pública» y el «despilfarro y saqueo al erario público» en el país.
Con información de EFE.