Redacción. El expresidente del Comité para la Defensa de Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Andrés Pavón, manifestó que gran parte de los homicidios que han ocurrido en los últimos años en el país siguen en la impunidad.
Pavón afirmó que no se puede negar que la violencia ha golpeado una y otra vez a la ciudadanía y que eso ha dejado diferentes secuelas.
A través de una entrevista en Frente a Frente, Pavón sostuvo que aproximadamente desde el 2010 hasta la fecha se han suscitado unos 100,000 homicidios. De esa cifra detalló que el 92 % permanecen en impunidad debido a varios factores.
Uno de estos detonantes, sostuvo, era que la gente no esperaba a que las autoridades actuaran, sino que ellos mismos buscaban vengar la muerte de su ser querido con «propia mano», y recordó que hubo un tiempo donde habían «cadenas de venganza».
Migración entre las secuelas de la violencia
Igualmente, Andrés Pavón sostuvo que si no se registraron más homicidios en esa época fue porque muchos de las personas que posiblemente morirían de manera violenta se fueron de Honduras como inmigrantes.
«Algunos de los que iban a morir se fueron porque tenían miedo que los mataran y otros que cometieron los crimines se fueron también», explicó.
El exembajador de Honduras en Cuba admitió que no se puede negar que, así como se va gente buena de Honduras, también se van malas personas.
Otro invitado del foro era Juan Manuel Aguilar, director de la Policía Nacional, quien si bien reconoció que han bajado las tasa de homicidios, sabe que aun le quede mucho trabajo por delante.
Puntualizó que actualmente hay una reducción en homicidios de un 27 % y que siguen trabajando para reducir los altos niveles de violencia.
Recalcó que diariamente la Policía Nacional junto a la Policía Militar del Orden Público (PMOP) ejecutan más de 2,400 operativos diarios.
El informe del Observatorio de la Violencia indica que entre enero y julio de 2024, se han contabilizado al menos 3.617 homicidios, por lo que, de continuar con ese índice, el país cerraría el año con una tasa de 26,5 muertes por cada 100.000 habitantes.