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viernes, mayo 3, 2024

«No me doy por vencido»: Hombre sin una pierna vende tortillas para sobrevivir

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REDACCIÓN. No importa si llueve o hay sol; tampoco si es temprano en la mañana o las ocho de la noche. Con mucha resiliencia, Alberto Salomón Jorratti monta cada día una parrilla improvisada en la vereda de su casa y vende tortillas caseras, para poder sobrevivir, en Argentina.

El hombre tiene 57 años, es diabético y hace tres años le amputaron una pierna luego de un accidente que sufrió mientras hacía unas changas por el barrio. Desde ese momento, no consigue un empleo formal y busca la manera de ganarse unos pesos para, al menos, comprarse la comida diaria.

“Trato de no aflojar. Hay que subsistir el día a día. No me doy por vencido, no me puedo dar por vencido”, expresó en diálogo con TN.

Hombre sin una pierna vende tortillas
El aguerrido hombre no se rinde.

Alberto vive en el barrio Alderetes, a unos seis kilómetros de la capital tucumana, junto a su hija de 33 años y su nieta de 5. Ellas son su soporte, las que lo motivan a seguir: “Siempre con perseverancia, con ganas de trabajar”.

“Es muy complicado para mí para vender, porque entiendo que es complicado para comprar también. La situación económica no está bien. Acá en la zona somos toda gente humilde, que trabaja en la cosecha de limones, de albañiles, muy escasos recursos. Entonces muchas veces quienes deciden gastar una tortilla lo piensan dos veces”, contó.

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Un accidente que cambió su vida

Jorratti trabajó 22 años en una fábrica cerca de su casa. Al igual que muchas pymes, esta cerró durante la primera etapa de la pandemia.

Al poco tiempo, empezó como vendedor ambulante de productos y artefactos de limpieza. No le iba mal, pero no era el mismo ingreso y necesitaba pasar muchas horas trabajando. Un día, ya en 2021, regresaba de su jornada y pisó un clavo: “Yo no sabía, pero algunos diabéticos tenemos insensibilidad en los pies. Yo no sentía dolor ni molestias hasta que me di cuenta de lo que tenía”.

“Al día siguiente, fui al médico y me hicieron curaciones, pero no fueron suficientes. A la semana me tuvieron que derivar a un centro de salud y cuando me vieron, me dijeron que tenía una infección muy tomada”, contó. En ese momento, los especialistas decidieron amputarle dos dedos porque estaban comprometidos. Sin embargo, cuando empezaron la intervención se dieron cuenta de que la situación era más complicada y tuvieron que cortar hasta la rodilla.

Hombre sin una pierna vende tortillas
Todos los días vende tortillas.

Una vez que se recuperó de la cirugía, comenzó a movilizarse con silla de ruedasy decidió volver a rebuscársela. “No dejé de trabajar nunca, necesitamos el dinero. Tuve la suerte de que mi hija me pudiera acompañar, no me desampara y está siempre atenta”, destacó.

Alberto recordó varias malas experiencias que tuvo su hija durante esa época: “Hay mucha picardía criolla. Salen publicaciones en el diario o en las redes para contratar personal de limpieza para una casa y te toman una prueba. Vos trabajás diez días y cuando se cumplió ese período, te dicen que no quedaste, pero tampoco te pagan porque ‘supuestamente es una prueba’ y vos trabajaste gratis. Se aprovechan de la necesidad de la gente”, apuntó.

En ese sentido, señaló: “La situación en la que estoy (en silla de ruedas) me resulta difícil para conseguir trabajo, porque no me toman así, por eso emprendemos”.

Rebusques para subsistir

Empezaron con sandwiches de milanesa, después pusieron un kiosco, pero no vendían y la frustración no tardó en llegar. Sin embargo, no bajaron los brazos. Con una hamaca vieja de su nieta, Alberto improvisó una parrilla para hacer tortillas.

“Estamos con esto hace un año y medio. A veces se vende bien, a veces no. Desde el verano que veníamos bastante mal. Hacíamos cinco tortillas, vendíamos dos y con la poca diferencia que nos quedaba tratamos de subsistir”, detalló Alberto. Cuando sobra un poco, su hija prepara algunas cosas dulces, como pastafrola o budines, para agregar a la venta.

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