SAN PEDRO SULA, CORTÉS. Los restos mortales de Melvin Josué Gómez, de fueron repatriados el ayer jueves y hoy serán sepultados a las 9:00 de la mañana.
Su deseo era sacar adelante a su familia, pero ese anhelo murió junto a él el pasado 23 de octubre.
El joven de 21 años de edad huyó del país en busca de mejores oportunidades, oportunidades que en su amado país le fueron negadas en incontables ocasiones.
Vivir en una colonia considerada de «alto riesgo», tener un padre a quien no le daban trabajo por «ser demasiado viejo» y, por otro lado, él, demasiado joven, a quien las empresas le decían «nosotros lo llamamos».
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Ni política, ni manipulación de terceros, ni nada, lo descrito anteriormente fueron las verdaderas razones por las que el hondureño se aventuró en el viaje hacia la tierra del ‘Tío Sam’ en busca del «sueño américano», en un país donde «sí hay oportunidades». Más detalles a continuación:
1. Le negaron una oportunidad de empleo
Melvin vivía junto a su a familia en el sector Chamelecón, uno de los lugares más conflictivos al norte de Honduras. Controlado por las maras y pandillas lo convierte en una zona de «alto riesgo».
Ser oriundo de allí hizo que las empresas le cerraran las puertas al momento que salía a buscar empleo.
Según las estadísticas, a cuatro de cada diez personas le niegan la aportunidad de trabajo o crédito financiero por residir en colonias consideras peligrosas.
«El sector Chamelecón está marginado, porque si usted solicita un crédito a cualquier banco se lo niegan. No deberían ver de esa forma el sector porque no todas las personas que vivimos aquí somos malos como piensan ellos. Les pido que no discriminen a la gente. Todos tenemos derecho a las mismas oportunidades», dijo el tío político del fallecido.
2. Su padre, un hombre mayor, considerado «no últil» por las empresas
Don Melvin Gómez, papá del migrante, a quien también le es imposible conseguir un empleo digno, con el que pueda vivir él y su familia, no sobrevivir día a día, por la edad que éste tiene.
3. Demasiado joven y falto de experiencia
Al ver la tristeza de su padre, Melvin, en plena flor de la juventud, soñaba, entonces, de proveer él mismo a su familia, pero ser demasiado joven era otro obstáculo que le impedió conseguir trabajo.
«Él se cansó de ir a dejar papeles a las empresas y que no le dieran oportunidad. Nos dijo que se iba porque se había cansado de meter currículum en todas partes y él quería una vida mejor para nosotros, porque nosotros no trabajamos», lamentó su padre.
Su salida del país
Melvin apuntó su mirada hacia Estados Unidos y, al entererarse de la noticia de una caravana que saldría desde San Pedro Sula no dudó ni un minuto en formar parte de ella.
La última vez que sus familiares platicaron con él fue cuando los migrantes habían llegado a Chiapas, México. Estando allí su afligida padre, como presintiendo lo peor, le rogó que desistiera y regresara con ellos. «Me dijo que solo iba a intentar un poquito más, y ese poquito más es que me lo tiene así», dijo su progrenitor.
Melvin Josué murió cuando intentó abordar un vehículo en marcha, perdió el equilibrio, cayó al suelo y el carro lo atropelló.
El joven se fue, y junto con él también las esperanzas de su familia. Ahora es considerado por muchos «un mártir de la miseria en la que está sumergida el país».
