SAN PEDRO SULA, CORTÉS. Los restos mortales de Melvin Josué Gómez Escobar, quien murió en la caravana del migrante, ya fueron repatriados y están siendo velados en su casa de habitación en Chamelecón.
Un adolescente que salió de su país ilusionado y entusiasta de tener un futuro mejor para él y su familia murió camino a la tierra del ‘Tío Sam’, cuando perseguía el «sueño americano». Melvin Josué se fue, y junto con él, también la esperanza de su familia.
Su padre lloraba desconsolado abrazado al ataúd de su único hijo varón. «Mi único hijo varón en la flor de su juventud. Nos dijo que se iba porque se había cansado de meter currículum en todas partes. Él quería una vida mejor también para nosotros porque nosotros no trabajamos».
«Es bien difícil. Creíamos que iba a llegar a su destido, pero recibimos esa noticia y eso duele. Tenemos una hermana que lo iba a apoyar fuerte para que pudiera cruzar, pero desgraciadamnete tuvo el accidente», dijo entre lágrimas el tío político de Melvin.
«Un momento muy dificil para nosotros. Él tenía sueños, pero sus sueños quedaron en el camino. Solo nos queda darnos fuerzas entre nosotros», dijo otro doliente.
Según información proporcionada por otros medios, Melvin murió cuando intentó subir a un vehículo en movimiento. El joven perdió el equilibrio, cayó y fue atropellado.
«Yo le dije no ‘no te vayas’ cuando me preguntó si debía irse. Esas fueron mis últimas palabras hacia él», dijo uno de sus primos.
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«Ese poquito le costó la vida»
La última vez que sus familiares platicaron con él estaba en Tapachula, México, y su padres le dijeron «hijo, venite, aquí aunque sea arroz y frijoles vas a comer», como si ellos presintieran lo pero. Pero Melvin estaba decidido, quería sacar adelante a su adelante. «Me dijo, ‘solo un poquito más lo voy a intentar’, y ese poquito le costó la vida».
