Redacción. Juan Pablo Escobar, hijo del temido capo colombiano Pablo Escobar, ha pasado toda su vida intentando alejarse del legado de su padre. A través de entrevistas y libros, ha compartido su testimonio con el objetivo de ofrecer una mirada crítica y personal sobre lo que significó crecer bajo la sombra del narcotráfico.
Recientemente participó en el pódcast de Melo Montoya, donde habló abiertamente sobre lo que significó convivir con “el narcotraficante más grande de todos los tiempos”.
Uno de los temas abordados durante la conversación fue su infancia y vida escolar. Montoya le preguntó si era cierto que a veces lo llevaban en helicóptero a la escuela, y él respondió: «alguna vez sí, para no llegar tarde».
Cuando el entrevistador quiso saber cómo reaccionaban sus compañeros, Juan Pablo fue directo: «Había muy poca relación con los compañeros porque había mucho temor de los padres». Explicó que muchos padres aconsejaban a sus hijos no acercarse a él, por ser hijo de Pablo Escobar. «Yo tenía un solo amigo dentro del colegio que era huérfano de padre y madre y no tenía quien le dijera que no se juntara conmigo», relató.
Añadió: «No era el chico más popular porque había miedo de los alumnos de acercarse».

Crítica frontal a las series sobre su padre
Durante la entrevista, Juan Pablo Escobar criticó con dureza las producciones que han retratado la vida de su padre. Afirmó que glorifican la actividad criminal y contrastó esa narrativa con sus esfuerzos personales por generar conciencia a través de conferencias y encuentros educativos. Aunque comparte su historia con audiencias de miles de jóvenes, asegura que las plataformas de streaming tienen una influencia aún más poderosa.
«Tienes 5 y 6 mil jóvenes a los que les hablas en un momento determinado. Y en esos 45 o 50 minutos que tardo en dar la charla, los agarra Netflix en 10 minutos con un capítulo de El Patrón o su serie de Narcos, y les tuerce la cabeza completamente», expresó. «Yo cuento mi historia y a los niños no les quedan ganas de ser Pablo Escobar. Te la cuenta Netflix y todos quieren ser como él».
Como ejemplo, mencionó una escena ampliamente difundida en la que Escobar supuestamente quema dos millones de dólares para mantener caliente a su hija durante una huida. Según Juan Pablo, esa historia es completamente falsa: «No fue cierto, pero es una fórmula para glorificar su actividad criminal», afirmó. «Tristemente se han creado esas historias para glorificar la actividad criminal. Hay un porcentaje muy alto que no se corresponde con la realidad».
También se refirió específicamente a la serie Escobar, el patrón del mal. Aunque reconoció su valor al centrarse en las víctimas del narcotraficante, cuestionó la elección del actor que interpretó a su padre.
«El patrón del mal es como la versión de las víctimas de mi padre. Pero, cometieron un error muy grande, y es que contrataron a un actor que genera mucha empatía con el público. Entonces ya no sabes si estás viendo El patrón del mal o Betty la fea«, ironizó.
Aunque dejó claro que no desmerece el trabajo del actor Andrés Parra, señaló que la serie generó un efecto inverso al esperado: «Genera empatía el personaje. Entonces, un tipo muy malo como era mi padre, termina la gente adorándolo. Y ojo que está escrita por las víctimas. El propósito no era glorificarlo, pero salió muy mal».

Llamado a la reflexión
Escobar concluyó con un llamado al sentido crítico de las personas que consumen contenido relacionado con el narcotráfico, especialmente cuando se presenta desde la ficción.
“Hagan buen uso de su capacidad de discernimiento. Entiendan que todo lo que ven en una pantalla no es real. Siempre hay un tipo hollywoodense, ignorante, pensando que las cosas fueron de una manera. Estamos acostumbrados a que todo lo que vemos en pantalla o impreso en papel es verdad. Y no es verdad”.
Finalmente, recordó el trágico final de su padre como una lección clara: “No es un caso de éxito. Mi papá no se retiró ni se jubiló. Se murió a los 44 años”.