Historia de hermanos mexicanos que mataron a hondureño

La muerte en 2015 de un inmigrante hondureño, quien fue decapitado y arrojado a una laguna en el sur de Texas, destapó uno de los casos de corrupción y narcotráfico más recordados en Texas. Tres hermanos se encuentran tras las rejas por ello, uno de los cuales era agente de la Patrulla Fronteriza.

0
1046
hermanos mexicanos
Hermanos mexicanos que mataron a hondureño.

MÉXICO. Los hermanos mexicanos Eduardo, Joel y Fernando Luna, enfrentan cargos por el delito de crimen organizado y por el homicidio de un inmigrante hondureño, cuyo cadáver decapitado fue encontrado flotando frente a una playa de la Isla del Padre, al sur de Texas, el 16 de marzo de 2015.

El horrendo crimen que los tiene tras las rejas y los ha dividido. Joel Luna, veterano de guerra, casado, con dos hijos y un destacado oficial de la Patrulla Fronteriza en Texas (hasta noviembre del 2015), subirá al banquillo de los acusados junto a su hermano menor Eduardo el próximo 29 de septiembre; Fernando, el hermano mayor, no será enjuiciado junto a sus hermanos porque optó por un acuerdo con la fiscalía hace unos meses. Aceptó el cargo de posesión de drogas y será testigo en este caso, su sentencia será dictada el próximo 19 de octubre y podría enfrentar sólo tres años de cárcel.

El 13 de enero de 2016 los hermanos Eduardo Luna Rodríguez, de 24 años, y Fernando Luna Rodríguez, de 35, fueron acusados formalmente, junto a otros dos individuos identificados como Aaron Rodríguez Medellín, de 22 años, y Néstor Manuel Leal, de 18 años de edad.

Todos siguen tras las rejas y cada uno tienen una fianza de 750,000 dólares, según documentos judiciales. De acuerdo con los investigadores del Condado Cameron, el inmigrante hondureño, José Francisco Rodríguez Palacios Paz, fue asesinado en Edinburg, donde trabajaba en una tienda de llantas (propiedad de los hermanos Eduardo y Fernardo) y estaba relacionado con una operación internacional de tráfico de drogas. Su cuerpo decapitado fue hallado en la Laguna Madre, en Isla del Padre, al sur de Texas.

La historia de los hermanos Luna

Acorde con documentos de la corte, los hermanos Luna crecieron y vivieron en México y en Texas, aprendiendo dos culturas y hablando dos idiomas. Joel nació en San Juan, Texas, a menos de 10 millas de la frontera. Pero sus hermanos nacieron en México.

Durante el curso de la investigación se dio a conocer que la familia logró conseguir un acta de nacimiento mexicana para Joel y así permitirle que fuera a la escuela primaria y secundaria junto a sus hermanos.

La información sobre la doble acta de nacimiento de Joel también fue sacada a la luz pública en un reporte del portal noticioso Texas Tribune.

Algún tiempo después, Joel habría regresado a Texas en donde se destacó como alumno del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva (ROTC) en la preparatoria, lo que le permitió estar en la infantería de marina de Estados Unidos hasta el 2009. Luego ingresó a la Patrulla Fronteriza y fue asignado a un puesto de inspección en Hebbronville, Texas.

inm

Cuando se unió a la Patrulla Fronteriza en 2009, se casó con una chica local, Dulce ‘Candy’ Treviño, de 31 años, quien trabajaba en un consultorio médico, y pronto tuvieron una niña y un niño, según un artículo del periódico LA Times.

Mientras, al otro lado de la frontera en Reynosa, su hermano Fernando trabajó en Exterran Corp., una compañía de petróleo y gas, y Eduardo comenzó a asociarse con el cártel del Golfo, según las investigaciones. Eduardo, Fernando y sus familias cruzaron Estados Unidos como indocumentados a vivir en la casa de Joel.

En el curso de la investigación se dio a conocer que Joel Luna le habría dado a su cuñada 42,000 dólares con instrucciones para comprar una casa en San Juan, Texas para su hermano más joven, Eduardo.

Hondureño asesinado en México.
Hondureño asesinado en México.

Por su parte Fernando, el hermano mayor, se hizo cargo de un taller de neumáticos, contrató a Eduardo y a otros tres empleados. Aún cuando el negocio estaba deteriorado, se sostenía como fachada para el tráfico de drogas y lavado de dinero, según investigadores.

Por su parte, Joel, era el que brillaba en la familia como agente de la Patrulla Fronteriza. Durante los últimos seis meses en su cargo realizó múltiples arrestos de traficantes de humanos y drogas en esa zona, hasta que fue arrestado como sospechoso de la muerte del inmigrante hondureño.

Joel, ¿cerebro operativo del cártel?

El 16 de marzo de 2015, un hombre que navegaba en bote con sus hijas frente a la costa de la Isla del Padre, vio un cuerpo desnudo, sin cabeza y parcialmente descompuesto.

Los investigadores no encontraron la cabeza del hombre, pero gracias a las huellas dactilares lo identificaron como uno de los empleados de Fernando Luna: José Francisco ‘Franky’ Palacios Paz, un indocumentado de 33 años que llegó de Honduras.

Fernando y Eduardo Luna accedieron a que los investigadores buscaran en sus teléfonos celulares. Las llamadas habían sido borradas, pero de acuerdo con una declaración juramentada, los detectives recuperaron mensajes de texto de la esposa de Palacios, enviados a Fernando el día antes de que el inmigrante desapareciera, según menciona un articulo de LA Times.

«Este Franky es un traidor …», escribió en español la mujer quejándose de que Palacios estaba hablando ‘sobre la venta de drogas’. «En cualquier momento va a poner el dedo en usted», escribió.

Los registros de los investigadores también muestran que el día que desapareció Palacios, Eduardo y uno de los trabajadores de la tienda de neumáticos fueron a Port Isabel, justo al otro lado de donde se encontró el cuerpo sin cabeza.

Un pico y manchas de sangre encontradas en la tienda de neumáticos dieron positivo con la identidad de Palacios. Uno de los otros empleados dijo a los investigadores que la cabeza de Palacios fue llevado a México para que se mostrara públicamente, o como parte de un ritual del cártel, explicó el Asistente de Distrito.

El 24 de junio de 2015, los investigadores detuvieron a Eduardo y dos empleados de la tienda. Fernando fue detenido cuando regresaba de México, en una camioneta blanca, propiedad de Joel. En ese entonces Joel no fue acusado, y se mantuvo en el trabajo con la Patrulla fronteriza.

Cuatro meses más tarde, el Sheriff de investigadores de Seguridad Nacional allanaron la casa de Joel y encontraron una caja fuerte que contenía lo que sería la base de su caso: más de un kilo de cocaína, más de $ 89,500 en efectivo, una pistola calibre 38 con revestimiento de plata y una imagen de oro de San Judas, que tenía grabado las palabras ‘Cártel del Golfo’ y ‘pájaro’, el apodo de su hermano Eduardo.

Además encontraron un libro de contabilidad documentando la venta de drogas, armas y municiones. Así como una placa conmemorativa de la Patrulla Fronteriza y documentos pertenecientes a Joel Luna, incluyendo su contraseña de la estación de trabajo y el número de cuenta y contraseña del Security Service Federal Credit Union.