Redacción. Militares colombianos y los indígenas que participan en la búsqueda de los cuatro menores que viajaban en el avión accidentado el pasado 1 de mayo en la selva amazónica hallaron nuevos indicios de que los niños desaparecidos pueden haber sobrevivido.
En las últimas horas las células combinadas de búsqueda, compuestas por las Fuerzas Militares e indígenas nukak ingresados hace dos días en la zona, ubicaron en dos lugares diferentes pañales, zapatillas deportivas, un accesorio de celular, una tapa de tetero y una toalla, informó este miércoles el Ejército.
El primer hallazgo se dio 560 metros al oeste del lugar donde cayó el avión Cessna 206 con siete personas a bordo. De estas, tres eran adultos que fallecieron, incluido el piloto, y cuatro menores de edad que siguen desaparecidos.
En ese punto, una mujer nukak y comandos de las Fuerzas Especiales, encontraron un par de zapatillas «tenis» -que por su talla pertenecerían al menor de cuatro años-, un pañal usado y una toalla verde.
En el segundo rastro hallaron otro pañal, una tapa rosada de un tetero y un marco negro de un celular, que estaban a 428 metros de distancia al noroeste del punto del accidente, agregó el Ejército.
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Seguir la ruta
Las autoridades están analizando estos hallazgos para determinar cuál pudo haber sido la ruta que tomaron los cuatro niños.
El avión, operado por la compañía Avianline Charter’s, al parecer sufrió un fallo en el motor cuando volaba entre Araracuara, una remota localidad ubicada entre los departamentos de Caquetá y Amazonas, y San José del Guaviare, y fue hallada más de una semana después cerca del caserío de Palma Rosa, del municipio de Solano (Caquetá).
Desde entonces se busca intensamente a los cuatro menores: Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses.
Posibilidad de que sigan con vida
Por el estado de estos elementos los menores habrían estado allí entre el 3 y 8 de mayo aproximadamente, lo que, según las Fuerzas Militares, apuntaría a «la posibilidad de que los cuatro niños hayan salido con vida del accidente y posiblemente no sufrieron heridas abiertas pues no se encontraron rastros de sangre».
Las fuerzas especiales entraron hace 17 días a la selva en los límites entre el Caquetá y Guaviare, «donde no se ve qué hay más allá de los 20 metros de distancia y con dificultad los rayos del sol alcanzan a pasar por entre los árboles».
Hasta hoy, el último indicio hallado de los menores fue el del 18 de mayo, cuando se encontraron huellas recientes cerca de un caño a seis kilómetros del accidente.
«Esto alienta el titánico esfuerzo de la Operación Esperanza donde más de 350 colombianos, entre instituciones del Estado, población civil y comunidades, emplean todas sus capacidades tecnológicas, conocimientos y experiencias para desafiar lo imposible y traer de regreso a los cuatro niños», señaló el Ejército.
Hasta el momento el Ejército y la Aeronáutica Civil (Aerocivil) también han hallado «un refugio construido de manera improvisada con palos y ramas», donde se encontraron unas «tijeras y unas ‘moñitas’ que usualmente emplean las mujeres para sujetar el cabello».
Asimismo, trozos de frutas que supuestamente pudieron ser consumidos por los niños. Antes, en otro lugar, un perro que forma parte de la búsqueda halló un biberón, que se presume se utilizó para alimentar al bebé.