Honduras. Gerardo Ramos, un joven que recientemente obtuvo su título universitario, tras muchos obstáculos en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS), está inspirando a otras personas.
Cada año, cientos de jóvenes se gradúan de la universidad y cada uno de ellos a lo largo de su carrera supera muchos sacrificios. Ramos no es la excepción. Durante su vida tuvo que atravesar muchas situaciones difíciles que lo han convertido en lo que es hoy, ¡un periodista ejemplar y apasionado!
El nuevo Lic. en Periodismo habló con Diario Tiempo y contó que desde muy pequeño tuvo que vender horchatas con su abuela para poder sobrevivir.
«Vengo de una familia humilde, donde el recurso económico sólo alcanzaba para lo necesario en el hogar, sin embargo, cada obstáculo me hizo más resiliente. Tuvimos, junto a mi abuela, que vender jugos de horchata en barrio Medina para poder salir adelante», indicó.
Para Gerardo, uno de sus momentos difíciles fue perder a su abuela, a quien considera una madre. Es por ello que, a la hora de recibir su título, portaba una foto de ella y no pudo contener sus lágrimas.
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«Este título se lo dedico con mucho amor a mi abuela, porque fue una excelente madre, una señora muy fuerte que siempre se levantaba temprano a vender horchatas para poder tener alimento en el hogar», comentó.
Además, Gerardo al recibir el título sintió una satisfacción muy grande, porque sus sacrificios rindieron frutos.
«Tener que decidir en muchas ocasiones si comprarme una baleada para cenar o dejar ese dinero para pagar el bus, fue algo muy difícil«, agregó.
Los adversidades para Gerardo no son una limitante, pues lo han hecho más fuerte y le han ayudado a poder planear sus metas y proyectos.
«Estoy buscando ayuda para poder seguir mis estudios, ya sea con una beca o una media beca, mi objetivo es estudiar la Maestría en Dirección Empresarial y anhelo ser un empresario para generar muchos empleos», reveló.
Por último, Gerardo mandó un mensaje a los jóvenes hondureños y dijo «a los niños y adolescentes soñadores, principalmente a los que venden sus productos en las calles de manera ambulante, nunca se rindan porque los sueños se hacen realidad, sólo se necesita un poco de disciplina, compromiso y valor».