El arrecife de Roatán destaca como el segundo más grande en el territorio mesoamericano, pero para mantener su ecosistema y alta biodiversidad se necesitan esfuerzos extras, es ahí donde entra en juego el papel de la Fundación Cayos Cochinos.
Se trata de un organismo sin fines de lucro que desde 1994 se encarga de la conservación de los arrecifes y la alta biodiversidad de organismos marinos, de la flora y fauna terrestre catalogada como única en el planeta con la que cuentan los archipiélagos.
Durante sus primeros años, la Fundación acompañada por jóvenes locales comenzaron con patrullajes en la zona, para poder dar inicio a las investigaciones de la biodiversidad marina y establecer un programa de conservación.
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Biodiversidad marina
Una de las investigaciones más antiguas con las que cuenta la Fundación, es la de la tortuga marina, la cual dio inicio en 1998. En la que destaca la tortuga carey, como la única que anida en la zona, una especie de tamaño mediano que alcanzo los 89.6 cm, con un pico similar al del halcón y gruesos escudos en el caparazón.
Asimismo, sostienen constantes monitoreos del del pez león, anidación de aves, delfines y cetáceos, tiburones y rayas, langosta espinosa y de la boa rosada y jamos, y suplen las necesidades de los arrecifes de coral.
Este arrecife alberga 60 tipos de corales y más de 500 especies de peces, lo que hace que Honduras sea reconocida por dichas maravillas naturales. El Sistema Arrecifal Mesoamericano se despliega a lo largo de unos 1,000 kilómetros, abarcando las costas de Belice, Honduras, Guatemala y México.
Campañas de concientización
Marcio Aronne, jefe de la organización y con 21 años de colaborar para la Fundación. Contó a Diario TIEMPO los trabajos y campañas que están promoviendo para que el arrecife se pueda conservar como uno de los atractivos turísticos de Honduras.
El titular de la Fundación comenzó afirmando que en sus más de dos décadas laborando por conservar el ecosistema, ha observado que el arrecife ha sufrido varios cambios negativos y que cada vez es más difícil sostenerlo.
Durante ese tiempo, ha visto crecer a los jóvenes locales, quienes inicialmente colaboraron con ellos y ahora son los pescadores de la zona. «La satisfacción de uno es contribuir con el país, que la gente continúe teniendo pesca. Todo el tema de conservación conlleva que la gente pueda tener su sustento, porque hay turismo y el arrecife se mantiene siendo atractivo», expresó.
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Asimismo, dijo que para poder mantener el equilibrio del ecosistema marino y la pesca de los locales, se han expandido a implementar de programas de desarrollo social, cultural y educativos en las comunidades del litoral atlántico del país, especialmente con la etnia Garífuna, debido a que son los que tienen una mayor conectividad con el área.
Aronne afirmó que para el 2024 tienen el objetivo de continuar profundizando las investigaciones y monitoreos, pero fortaleciendo aún más el programa de educación ambiental.
Uno de los mejores destinos turísticos
En 1993 fue nombrado por el Gobierno hondureño como Área Natural Protegida de Cayos Cochinos y los 23 años de labor de la fundación, colaborando con entidades gubernamentales han llevado a que medios de comunicación y turistas cataloguen la zona como uno de los principales destinos turísticos.
Las acciones de la Fundación no solo se quedan en la vida marítima, también buscan que los hondureños sepan cuidar del tesoro marino hondureño.
«Le digo a los hondureño que visiten los Cayos, pero que sean respetuosos a la naturaleza. Que entiendan las normativas que hay alrededor de eso», expresó Aronne.
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Agregó «que las comunidades comprendan que el recurso pesquero, sino se cuida, se acaba. Las mismas comunidades deben adentrarse a esa dinámica, con medidas como evitar pescar en épocas prohibidas».
Actualmente, la Fundación cuenta con 23 colaboradores, desde pedagogos, hasta biólogos, que laboran con el mismo objetivo social para que Honduras destaque a nivel mundial.
