REDACCIÓN. San Pedro Sula vivió una jornada de profunda fe y devoción con la celebración del Domingo de Ramos, que marca el inicio oficial de la Semana Santa en la Iglesia católica. Como cada año, cientos de feligreses participaron en la tradicional procesión, que en esta ocasión partió desde el Instituto María Auxiliadora. Concluyó, en la catedral de San Pedro Apóstol, recorriendo varias cuadras de la ciudad.
La procesión, que inició alrededor de las 8:00 de la mañana y finalizó poco después de las 9:00 am, estuvo presidida por el arzobispo Miguel Lehinan. Durante el recorrido, los sampedranos demostraron su fervor y compromiso religioso, portando palmas y entonando cánticos que evocan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Esta escena, recordada por los evangelios, representa uno de los momentos más significativos del calendario litúrgico cristiano. Esto debido a que combina dos dimensiones esenciales: la alegría del pueblo que recibe a Jesús como Rey de Paz, y el anuncio solemne de su Pasión, que será conmemorada en los días posteriores de la Semana Santa.
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Cabe destacar que, a pesar de la masiva participación ciudadana, no se contó con el acompañamiento de las autoridades municipales, la Policía Nacional ni el personal de Vialidad y Transporte. Esta situación obligó a la propia feligresía a abrirse paso entre el tráfico vehicular y a garantizar su seguridad durante el recorrido. Eso, evidenció la falta de apoyo institucional en una celebración de alta relevancia religiosa y cultural.
San Pedro Sula no fue la única ciudad en conmemorar esta importante fecha. Tegucigalpa y otras localidades de Honduras también realizaron procesiones similares, que año tras año reflejan la profunda espiritualidad del pueblo hondureño. Así, el Domingo de Ramos se reafirma como una jornada de encuentro comunitario y expresión de fe que une tradición, historia y devoción.