Redacción. La actriz australiana Clare McCann atraviesa uno de los momentos más dolorosos de su vida tras el fallecimiento de su hijo de 13 años, Atreyu McCann, quien se quitó la vida luego de haber sido víctima de un prolongado y severo acoso escolar en Nueva Gales del Sur.
La tragedia ha conmocionado a la opinión pública y ha reavivado el debate sobre el bullying en las instituciones educativas y el papel de las autoridades escolares en su prevención.
En medio del duelo, McCann ha emprendido una iniciativa inusual: intentar preservar el cuerpo sin vida de su hijo mediante criopreservación, con la esperanza de que, en un futuro, los avances científicos permitan devolverle la vida en un mundo que no sea, en sus palabras, «tan cruel y horrible».
La actriz ha recurrido a una campaña de recaudación de fondos a través de la plataforma GoFundMe con el objetivo de reunir 300 mil dólares australianos (aproximadamente 5.8 millones de pesos mexicanos) necesarios para costear el procedimiento.
McCann sólo dispone de un plazo extremadamente limitado para lograrlo: siete días desde el fallecimiento de Atreyu, una ventana crítica que determina si la criopreservación tiene alguna posibilidad de éxito. Sin embargo, el pasado viernes por la mañana, la actriz ya había reconocido públicamente que era probable que no alcanzara su meta a tiempo.
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Tristeza
«Me rompe el corazón más allá de lo que las palabras pueden expresar. Compartir que, en un momento de dolor insoportable, Atreyu se quitó la vida», escribió McCann en una publicación en redes sociales. «Esto no fue culpa suya. Fue decepcionado por un sistema escolar que no supo protegerlo del acoso que sufrió». agregó.
En una entrevista concedida al noticiero 7NEWS, McCann habló entre lágrimas sobre su hijo, a quien describió como un niño «inteligente, divertido, amable y dulce». Acusó directamente a South Sydney High de permitir el acoso persistente hacia su hijo y criticó duramente al sistema educativo por no tomar acciones concretas contra los responsables del maltrato.
«Ninguno de ellos fue suspendido, ninguno fue expulsado. Me siento completamente decepcionada», expresó.
Por su parte, el Departamento de Educación aseguró que la escuela trató de brindar apoyo al menor. Sin embargo, desde la perspectiva de McCann, los esfuerzos fueron nulos. “No hicieron nada, nada, nada”, declaró.
La única instalación criogénica del país ha accedido a colaborar, aunque el procedimiento no garantiza resultados. La campaña de McCann, más allá de su objetivo técnico, está motivada por un profundo sentido de justicia y de resistencia ante el olvido.
Amigos, simpatizantes y activistas contra el bullying han comenzado a unirse a McCain no solo con donaciones, sino también difundiendo el caso como un símbolo del impacto devastador que el acoso escolar puede tener en la vida de los jóvenes.
La historia de Atreyu McCann es una tragedia profundamente que pone en evidencia la urgencia de revisar las políticas escolares frente al acoso. Mientras Clare McCann lucha por preservar la esperanza, su mensaje resuena con fuerza. Según expresó, ninguna vida debe terminar así, y ningún niño debe sentirse tan solo en su sufrimiento.