Víctor Manuel Ramos
El gran garrote amenaza nuevamente
Frente al gran revés que Los Estados Unidos se ha llevado en Siria: después de un año de infructuosos ataques simulados a los terroristas de EIL(no debemos de dejar de saber que EUA es el país que suministra los armamentos y el entrenamiento a EIL), con lo que escondía su real propósito de derrocar al presidente Sirio Al Assad, Rusia ha entrado en acción y en un mes ha puesto con los pies en polvorosa a los extremistas terroristas, ha dado nuevos ánimos al ejército sirio que avanza, de manera contundente, en la recuperación de los territorios ocupados por el terror, y ha fortalecido la posición del legítimo presidente de los sirios.
Decía que frente a este revés, Los Estados Unidos vuelven ahora, con más interés, sus ojos hacia América Latina. Y no es que no hayan estado pendientes de lo que sucede al sur del Río Bravo, porque jamás han minimizado sus acciones intervencionistas en algunos Estados y de sometimiento en otros.
En este contexto es que, sin ocultar su mano interventora, se pretende impulsar un proceso de revitalización de la derecha continental para arrebatar el poder en Brasil, Ecuador, Argentina, Bolivia y Venezuela. Logrado este propósito UNASUR pasaría a ser nuevamente una organización sometida a los dictámenes del capital internacional y cada uno de estos países tendrían nuevamente una política exterior en concordancia con intereses extranjeros y no con los de sus respectivos pueblos.
En Brasil pretenden dar un golpe disfrazado porque saben perfectamente que no podrán dar el golpe de timón a que aspiran si se enfrentan en las urnas. Es intolerable para la derecha internacional el vuelco que dio ese enorme país desde que se instaló en Brasilia el presidente Lula y luego su sucesora Dilma. Lo más significativo de todo esto es que quienes pretenden darle vuelta a la moneda es la antigua casta que entregó el país y sus recursos al capital transnacional y condujo a la mayoría de los brasileiros a la pobreza y la miseria.
En Argentina inyectan fondos y presionan para desplazar la corriente kishnerista del poder. También les ha causado escozor el talante firme de la Presidenta argentina Cristina Fernández y el que esa orientación digna y nacionalista conduzca, por un período más, la política de esa gran nación.
