AFP. Con nuevos propietarios, un cambio en el canal de televisión y un jurado completamente renovado, los Globos de Oro esperan romper su pasado plagado de escándalos cuando el lunes revelen sus nominaciones.
Estos premios de cine y televisión solían ser los más seguidos detrás de los Óscar. La ceremonia, con un tono distendido, funcionaba como un inicio divertido a la temporada de premiaciones de Estados Unidos.
Pero han perdido su brillo por acusaciones de racismo y corrupción. Y algunos en Hollywood creen que las reformas puestas en marcha para corregir la situación plantean nuevos problemas éticos.
Durante décadas, los Globos de Oro han sido administrados y adjudicados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés): un ecléctico grupo de un centenar de periodistas que cubren la sección de entretenimiento para medios internacionales, que a menudo son criticados por los profesionales de la industria por ser aficionados y poco transparentes.
Las críticas detrás de escena salieron a la luz en 2021, cuando una investigación de Los Angeles Times reveló que la organización no tenía a personas negras en sus filas y que sus miembros aceptaban regalos lujosos.
La ceremonia fue boicoteada al año siguiente por todo Hollywood. Desde entonces, el evento sigue en búsqueda de redención.
En junio, los Globos de Oro fueron comprados por un grupo de inversores privados, entre ellos el multimillonario estadounidense Todd Boehly. La HFPA se disolvió y se adoptó un nuevo plan para recuperar el prestigio perdido.
«Máquina de relaciones públicas» –
En este nuevo escenario, los miembros de la antigua HFPA son ahora empleados de la nueva empresa de los Globos de Oro y se les paga por ver películas, votar y escribir artículos para el sitio web de la organización.
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Se trata de una situación que potencialmente puede generar conflictos de intereses, sobre todo porque algunos de los nuevos propietarios son actores fundamentales de la industria.
Por ejemplo, la productora Penske Media, propietaria de las revistas Variety y The Hollywood Reporter, o la empresa Eldridge, que tiene una participación en el estudio de cine A24, que compite regularmente por los premios de Hollywood.
«Hay algo indecoroso con que a un votante de los Globos le paguen por escribir en el sitio web de los Globos sobre un actor al que podrían nominar para un Globo de Oro, que será entregado en el escenario de una ceremonia propiedad de la compañía para la que trabaja», señaló recientemente L.A. Times en un editorial.
Para el periódico, «el nuevo modelo parece ser una máquina gigante de relaciones públicas». No obstante, la nueva organización de los Globos de Oro defiende sus reformas.
De acuerdo con el grupo, pagar un salario de 75.000 dólares a los votantes con sede en Hollywood ayudaría a acabar con el sistema viciado por el cual los periodistas, precarios y a menudo independientes, aceptaban magníficos regalos y lujosos viajes de prensa pagados por los estudios.