Redacción. Como hace 70 años, ayer las centrales obreras conmemoraron el Día Internacional de los Trabajadores, bajo tradicionales movilizaciones que llevaron como principal exigencia al gobierno un mecanismo de diálogo para solventar los desafíos de la clase trabajadora hondureña.
Las movilizaciones se organizaron como cada año en las diferentes ciudades del país. En Tegucigalpa los trabajadores se dieron cita a las 6:00 de la mañana en el barrio la Granja para arrancar a las 8:00 a. m. rumbo a la plaza central de la capital.
Al igual que en la capital, los obreros se organizaron en otras ciudades del país, como en La Ceiba, Comayagua, Copán y San Pedro Sula, donde las manifestaciones iniciaron recorrieron el céntrico bulevar Morazán hasta llegar a la Plaza de Las Banderas.
Consignas
Durante el recorrido, las consignas iban dirigidas a reclamar mejoras salariales y jubilaciones para los trabajadores. Asimismo, se expusieron asuntos generales, problemas de empleo y algunos aprovecharon para celebrar la reciente aprobación de una ley que le devuelve a los trabajadores su reserva laboral.
“Exigimos un reajuste salarial y una jubilación digna”, se leía en una de las pancartas sostenida por un grupo de docentes de educación primaria.
“Demandamos en el Valle de Sula la construcción de represas para que resuelvan los problemas energéticos que tenemos”, pidió un trabajador sampedrano.
De igual manera, las centrales resaltaron la urgencia de más hospitales, mejorar los sistemas de salud, la reforma a la Ley de los Colegios de Previsión Magisterial, derogar las ZEDE, cumplir los derechos de las personas con discapacidad, entre otras.
“Salud gratuita, el pueblo lo grita”, coreaban hondureños para conmemorar el Día del Trabajador en varias partes del país.
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Sindicatos
Partiendo desde el barrio La Granja con dirección al centro de Tegucigalpa, centenares de empleados se hicieron presentes con sus pancartas alusivas al día de lucha.
Entre los asistentes a la movilización había miembros de los sindicatos de varias instituciones públicas del país. Entre ellos, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STIBYS), el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE) y el Sindicato de Trabajadores de la Medicina, Hospitales y Similares (SITRAMEDHYS).
Asimismo, se hicieron presentes miembros de la Asociación de Maestros Jubilados y Pensionados de Honduras (Amajupenh). Ellos exigen un hospital geriátrico y reformas a la Ley del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA). Además, se notó la presencia de la Junta Directiva Central del Primer Colegio Profesional Hondureño de Maestros (PRICPHMA).
“70 años de la huelga de 1954 nos convoca a seguir el camino de mayo. Ratificamos la unidad popular, ¡Viva el primero de mayo!”, citaba la manta central que acompañó la marcha en la capital.
Protagonismo
Tampoco podía faltar la presencia de los miembros del Partido Libertad y Refundación (Libre), quienes tomaron casi a totalidad el protagonismo de la movilización en la capital de Honduras.
Días atrás, la presidenta Xiomara Castro y el coordinador de Libre, Manuel «Mel» Zelaya, hicieron la convocatoria a toda su militancia. La acción provocó cierto desacuerdo por parte de las centrales obreras. Sin embargo, los colectivos y militantes del partido oficialista se hicieron presentes en las calles.
Con banderas, en motocicletas, vehículos y otros caminando, los seguidores de Libre resaltaron los logros del gobierno, en contraste con quienes reclamaban mejoras a la presidenta Castro.
La participación de Libertad y Refundación fue acompañada por varios de sus líderes, entre ellos, Manuel Zelaya, quien realizó el recorrido en su vehículo Jeep descapotable. Además, se vio al diputado Juan Barahona; el titular de Aduanas, Fausto Cálix; y a la precandidata de Libre en las próximas elecciones, Rixi Moncada.
Clausura
La movilización por el Día del Trabajador finalizó en la Concha Acústica del Parque Central de la capital, con los discursos de los representantes de las diferentes centrales obreras y de los dirigentes del partido Libre.
Los sindicalistas comenzaron con una recopilación histórica de todos los logros que han obtenido a lo largo de los años como clase obrera. Asimismo, mencionaron los desafíos que aún se tienen que enfrentar para mejorar las condiciones de los trabajadores.
Se manifestaron en contra de algunos partidos políticos que, según ellos, no están en favor de los beneficios de los trabajadores. Además, arremetieron en contra del «modelo neoliberal».
Posteriormente, los sindicatos hicieron entrega del manifiesto al Manuel Zelaya para que lo hiciera llegar a la presidenta Xiomara Castro. El texto contiene puntos que se deben discutir y analizar en favor de la clase trabajadora del país, indicaron.
Sobre las peticiones de las centrales obreras, el exmandatario aseguró que “en 24 meses de gobierno no se resuelven 12 años de dictadura”. Además, criticó fuertemente “la privatización en favor de intereses particulares, no en favor de los intereses de la mayoría del pueblo, no en favor de los intereses de la clase trabajadora”.
Ante los rumores de una posible reelección, Zelaya aseguró que él se encuentra inhabilitado para optar a la presidencia de la República. Finalmente, sostuvo que siempre estará del lado de los trabajadores, por lo cual acompañará año con año dicha movilización.
Lucha de los derechos
En Honduras y el resto del mundo, cada 1 de mayo se conmemora el Día del Trabajador, en el que la clase obrera reivindica sus derechos.
Los trabajadores públicos y privados marchan en recuerdo de los huelguistas de 1954. En concreto, fue la clase obrera del rubro bananero la que promovió aquellas protestas, en las que exigían el respeto a sus derechos como seres humanos y trabajadores.
La aprobación del Código de Trabajo y la creación del Ministerio de Trabajo fueron algunos de los logros obtenidos tras la huelga.
Una vez más, miles de trabajadores hondureños ejercieron su derecho a la libre expresión. Exigieron mejores oportunidades para evitar la delincuencia, la migración y la pobreza, flagelos que siguen siendo el «talón de Aquiles» de los gobiernos en los últimos años.