Patricia Murillo Gutiérrez
La ministra con o sin cartera, de Comunicaciones y Estrategias, Hilda Hernández, con sorna le contestaba una pregunta puntual de la periodista Lidiete Díaz así: “Usted pregunta eso porque no le damos publicidad ni a su esposo”.
La pregunta era acerca de la mansión que Hilda posee en Comayagua y que aún no explica a este empobrecido pueblo como la obtuvo, en aras del gobierno abierto y del convenio suscrito con Transparencia internacional que tanto se jacta su hermano, el titular del Ejecutivo, Juan Orlando Hernández.
La postura de la susodicha ministra que se desvela estos días preparando un congreso internacional de Protocolo, creyendo como muchos de la corte celestial que le acompaña, que tal conclave vendrá a borrar la marca de país en manos de corruptos y desangrándose que tenemos, refleja la alejada postura de una inteligencia ética que debe prevalecer en todo servidor público.
Vemos a una ministra que entiende la comunicación gubernamental como una nave que se mueve a golpe de chequeras, empañando sin duda un pilar básico de toda republica que se llame democrática: la libertad plena de los Medios y de los periodistas para informar, investigar y opinar acerca del poder.
Pareciera que el paradigma cachureco o por lo menos de los que gobiernan desde 2010 acentuado en este régimen, es fabricarse una buena imagen basada en programas populistas hacia las clase más desfavorecidas de este sistema, dándole migajas a los más pobres.
Entonces ministra sepa usted que los voceros de los gobiernos son servidores públicos y deben respetar la misión del Periodismo y no afectarla. Abraham Lincoln padre de la Patria del país que representa don James Nealon, decía” Dejad que el pueblo conozca los hechos, y el país estará seguro”.
En tanto que el mártir John F. Kennedy señalaba:” El flujo de ideas, la capacidad de tomar decisiones bien informadas, la opción de criticar, son los pilares en los que se basa la democracia política y dependen en gran parte de las comunicaciones”.
Los asuntos públicos doña Hilda no es un negocio privado de ustedes. En función de la transparencia, ¿está usted dispuesta a que los periodistas sin ataduras, investiguen a fondo sobre la corruptela denunciada por el resucitado ex contador de Astrofarma, don José Banegas?
¿Cree usted que en la opinión publica hondureña hay credibilidad en el gobierno de su hermano, en usted, en Mauricio Oliva que hoy nuevamente aparece señalado por corruptela, en el gobierno de Porfirio Lobo y el actual que llegaron al colmo de la deshumanización, cuando se les acusa de haber traficado con la salud, jubilaciones y bienestar del pueblo?
