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domingo, noviembre 17, 2024

«El Niño» amenaza con acentuar la pobreza y desigualdad en Honduras

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Tegucigalpa, Honduras. Las autoridades de Honduras están en alerta ante el pronóstico de una sequía que podría causar el fenómeno de «El Niño«, el cual vendría a comprometer la seguridad alimentaria de los hondureños, provocando una baja en la producción de granos básicos; sin embargo, esta situación no sólo afectaría la tierra, que es usada para la siembra, sino que varias fuentes de empleo que genera el rubro de la agricultura, según expertos.

«El Niño» es un fenómeno natural que resaltará la pobreza y la desigualdad en el país, creando más desempleo y pérdidas de inversión. En ese sentido, el vicepresidente del Programa Nacional de Desarrollo Agroalimentario (Prograno), Juan Valladares, sostuvo que la sequía podría traer pérdidas en la siembra y en los empleos.

El fenómeno de El Niño no sólo traerá pérdidas económicas en la cosecha, sino que también en la mano de obra campesina. Situación que generará más desempleo y desigualdad social debido a los despidos que habrán si los pronósticos se vuelven realidad, anotó.

De la misma manera, indicó que se perderán muchos empleos directos e indirectos porque los productores no tendrán la necesidad de contratar mano de obra calificada para trabajar la tierra «que no dará siembras».

«De mí dependen alrededor de 8 empleados permanentes y 40 trabajadores temporales y lógicamente al haber pérdidas, pues esas fuentes de empleos se pierden», apuntó.

Campesinos
Si los pronósticos de los expertos son precisos, la clase campesina será una de las afectadas.

Productores preocupados ante pronósticos no favorables

Asimismo, Valladares mencionó que están muy preocupados por la situación de sequía que hay en Honduras, ya que si los pronósticos de los expertos se cumplen, estarían a la «puerta de una carencia de alimentos en el país«.

«Estamos teniendo una temporada errática con poca precipitación. La verdad estamos muy preocupados y lamentamos mucho la situación. Si los pronósticos se cumplen van a haber problemas», aseguró.

Pese a los pronósticos no tan favorables, Valladares señaló que los productores siguen motivados iniciando los procesos de preparación del suelo para la siembra, pero lo hacen con mucho temor y dudas, debido a los altos costos de producción, la poca precipitación y la incertidumbre de seguir cosechando porque dependen del agua temporal.

«Los productores hemos iniciado a preparar el suelo con muchas dudas y temor porque dependemos en un 95% de la siembra temporal y desconocemos con exactitud el comportamiento de las precipitaciones. Estamos con dudas de poder desarrollar la siembra, dado que dependemos del agua temporal», añadió.

Aún no registran pérdidas significativas

Por otro lado, Valladares manifestó que hasta la fecha no presentan pérdidas económicas ni de especie, porque hasta hace poco comenzó el proceso de siembra y son pocas las áreas en las que se cosechó con anterioridad.

«Hasta el momento no ha habido pérdidas. Donde sí las hay es en el sector ganadero por la escasez de alimentos y porque los potreros se han secado, lo que ha ocasionado una pérdida parcial», dijo.

Sin embargo, resaltó que si la temporada seca persiste en el país, habrá problemas graves en la agricultura. «De persistir este tiempo seco, a corto plazo, van a haber problemas serios en cuanto a la agricultura», afirmó.

Lluvias
Los productores esperan que las lluvias sean de forma determinada y no «aguaceros».

Productores: «Dependemos de la misericordia de Dios»

Los pronósticos sobre el régimen de lluvias este año, bajo los efectos del fenómeno de «El Niño», son negativos y afectarán sobre todo al oriente de Honduras. Según los expertos, los acumulados por lluvias tendrán una reducción de 60 milímetros respecto a los años anteriores, ya que pasaría de 80 a 20 milímetros de agua en promedio.

En ese sentido, Valladares aseveró que con esos pronósticos no se puede hacer nada, sólo estar a la espera de que llueva. Pero no en grandes cantidades, sino que las mismas sean de forma distribuida para que la cosecha no se pierda. Por ello, recalcó que «no podemos hacer nada, dependemos de la misericordia de Dios para que llueva».

«Con el clima no podemos hacer nada desafortunadamente, sólo dependemos de la misericordia de Dios, que nos llueva en forma bien distribuida, porque de nada sirve que nos caigan grandes aguaceros», indicó.

Posible pérdida de inversión

Del mismo modo, Valladares mencionó que los cultivos que se están sembrando tendrán sus frutos a finales de julio y principios de agosto de este año. Pero si el pronóstico se hace realidad sería una «catástrofe», porque iniciaría un período crítico para los agricultores.

«Si el pronóstico se vuelve realidad sería una catástrofe, porque ya se habría hecho el 80 % de la inversión y se perdería mucho», apuntó.

Igualmente, expuso que muchos productores están tomando la alternativa de sembrar en seco, riesgo que toman ante la situación climática que existe en Honduras. Pero si esa cosecha no funciona estarían perdiendo una inversión de 500 mil lempiras, los cuales invirtieron en semilla, fertilizantes y mano de obra.

«El agricultor que arriesga mucho, siembra en seco y si la cosecha no se concluye favorablemente estaríamos perdiendo una inversión de medio millón de lempiras. Ojalá que todo salga bien y esos pronósticos no sean 100% reales».

Juan
Juan Valladares, vicepresidente de Prograno.

Medidas urgentes ante sequías

Por su parte, el director ejecutivo de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), Guillermo Cerritos, apuntó recientemente que debido a las posibilidades de una sequía grave en el país, se deben tomar medidas urgentes que garanticen ayuda humanitaria a los pobladores.

Guillermo Cerritos.
Guillermo Cerritos.

«Los tomadores de decisiones deben presupuestar o determinar qué tipo de ayuda van a dar. Ya sea asistencia humanitaria, apoyo en los sistemas de vida de estas personas y en qué momento lo van a hacer. Pero es importante que se envíe una señal inmediata», puntualizó.

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Preocupación por canícula

La canícula es un evento climático que sucede durante la estación de verano y se caracteriza por ser una sequía, es decir, una disminución o ausencia de lluvia.

Según los expertos, los efectos de la canícula generalmente ocurren entre el 15 de julio y 15 de agosto. Aunque señalan que en el Corredor Seco se sentirán entre el 10 de julio y el 28 de agosto, lo que representa «un alargamiento» de la sequía.

El experto en cambio climático, Cesar Quintanilla, instó al Gobierno, al Ministerio de Salud y a todos los sectores involucrados, «asumir la responsabilidad». Él aseguró que ante el advenimiento de la sequía, sólo la acción gubernamental reduciría un poco el impacto del fenómeno que catalogan como «inevitable».

«Es inevitable lo que viene, pero los impactos pueden ser más drásticos si no se hace nada. Se puede sufrir un poco menos, pero si desde ahora se hace algo», concluyó Quintanilla.

Cesar Quintanilla.
Cesar Quintanilla.

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