Pasó hace unos años, pero recién se acaba de conocer. El Planeta Mediático no sabía conjugar aún el flamante verbo icardiar(según la Real Academia Mediática: dícese de «el que le roba la Wanda a un amigo»), cuando Maxi López, principal damnificado del icardeo, claro, fue interceptado por dos autos mientras manejaba por una autopista. Tras encerrarlo, lo encararon cuatro matones que no desentonarían para nada en el casting del clásico de Coppola…
Todo sucedió en Catania -la segunda ciudad de Sicilia y territorio mafioso por excelencia en la bota itálica-, para cuyo club Maxi trataba de aportar goles por esos días. Lejos de mostrarse violentos, uno de los hombres explicó muy amablemente que traían un mensaje del capo máximo de La Famiglia...
Enterado del humillante suceso marital que había tomado estado público, sobre todo en la Argentina, el capo le ofrecía a Maxi la posibilidad de que contara con sus muchachos, «especialistas en determinados servicios, capische…» Más claro: «¿Querés que terminemos con Mauro Icardi? Podemos cortarle las piernas y no juega más…?», ofrecieron, y no era una simple metáfora maradoneana, según relató Carlos Monti en el pase entre Séptimo Día y Bien Arriba, por Radio 10.
Por suerte, como está a la vista y bien saben los que siguen las alternativas del calcio y las inevitables polémicas de la selección (¿tiene que convocarlo o no?), le hicieron una oferta que Maxi sí pudo rechazar…
