En los hallazgos dados a conocer por un equipo internacional de científicos, informaron haber descubierto la ubicación de la fuente de una señal de radio proveniente de una erupción solar de clase C a más de 5,000 kilómetros sobre la superficie del Sol. Esto lo hace un “descubrimiento inesperado”.Sijie Yu, autor del estudio sobre las ráfagas de radio solares y astrónomo afiliado al Centro de Investigación Solar-Terrestre del NJIT, aseguró que «este patrón de latidos es importante para comprender cómo se libera y disipa la energía en la atmósfera del Sol durante estas explosiones increíblemente poderosas en el Sol».

Sin embargo, detalló que «el origen de estos patrones repetitivos ha sido durante mucho tiempo un misterio. También, una fuente de debate entre los físicos solares».

Las ráfagas de radio solares son una fuerte liberación de ondas de radio del Sol. Los astrónomos comúnmente los asocian con las erupciones solares. Cuando se sueltan, emiten señales con patrones repetitivos.

DESCUBRIERON SEÑALES DE RADIO SOLAR
Los hallazgos se dieron a conocer por un equipo internacional de científicos

Hallazgo

Las señales del patrón se localizaron mientras se estudiaban las observaciones de microondas de un evento de erupción solar el 13 de julio de 2017. Esto utilizando el telescopio Expanded Owns Valley Solar Array (EOVSA).

Este aparato mira al Sol en una frecuencia de microondas de más de 1 a 18 gigahercios. En ese contexto, el equipo reveló ráfagas de radio con un patrón de señal que se repite cada 10-20 segundos, “como un latido del corazón”.

Asimismo señalaron que encontraron una fuerte señal de pulsación cuasi-periódica (QPP) en la corriente eléctrica que se extendía más de 25.000 kilómetros a través de la región de llamaradas del núcleo de la erupción. Esta actividad acumuló energía que sería, según entienden los científicos, la que encendería la llamarada solar.

La señal de un latido del corazón habría sido lo suficientemente interesante, pero los investigadores pronto encontraron una segunda que pulsaba de manera similar.

«Es probable que las señales se originen a partir de reconexiones magnéticas casi repetitivas en la hoja de corriente de destello«, explica Yu

Asimismo, añadió que «esta es la primera vez que se detecta una señal de radio cuasi periódica ubicada en la región de reconexión. Esta detección puede ayudarnos a determinar cuál de las dos fuentes causó la otra”.

DESCUBRIERON SEÑALES DE RADIO SOLAR
El fenómeno se descubrió utilizando el telescopio Expanded Owns Valley Solar Array (EOVSA)

Resultados de las investigaciones

Bin Chen, profesor asociado de física en NJIT y coautor del artículo agregó que «las imágenes espectrales de EOVSA nos brindaron nuevos diagnósticos resueltos espacial y temporalmente de los electrones no térmicos de la llamarada. Encontramos que la distribución de electrones de alta energía en la fuente principal de QPP varía en fase con la de la fuente secundaria de QPP en la lamina de corriente eléctrica».

Los investigadores crearon un modelo numérico de 2.5D de la llamarada solar utilizando observaciones tomadas del satélite GOES. El satélite puede medir las emisiones de rayos X suaves de la atmósfera del Sol en dos bandas de energía diferentes.

Los resultados muestran islas magnéticas o estructuras similares a burbujas que se forman en la hoja actual. Además, estas se mueven casi periódicamente hacia la región de la llamarada.

“La aparición de islas magnéticas juega un papel clave en el ajuste de la tasa de liberación de energía durante esta erupción», explicó Xi Cheng, profesor de astronomía en el Instituto de Tecnología de Nueva Jersey.

«Este proceso de liberación de energía casi periódico conduce a una producción repetitiva de electrones de alta energía, que se manifiestan como QPP en las longitudes de onda de microondas y rayos X suaves”, comentó.

Los hallazgos brindan una nueva perspectiva sobre lo que impulsa a que ocurran las erupciones solares en primer lugar. «Este estudio impulsa un nuevo examen de las interpretaciones de los eventos QPP informados anteriormente y sus implicaciones en las erupciones solares», concluyó el autor del estudio Sijie Yu.