Redacción. Un albergue clandestino con capacidad para más de 70 inmigrantes fue descubierto durante una operación de control de los bomberos en un pequeño local comercial de Queens, en Nueva York, anunciaron las autoridades.
El propietario del lugar -identificado como Ebou Sarr- es un senegalés de 47 años que lleva varios años viviendo en la metrópolis estadounidense. El hombre explicó que acogió hasta «unas 74 personas», la gran mayoría procedentes de Senegal.
Sarr aseguró que busca ayudar a sus connacionales que no encuentran techo, mientras Nueva York en paralelo lucha por acoger a decenas de miles de recién llegados.
Denuncia
Los bomberos descubrieron el sitio el lunes por la tarde en el barrio obrero de Queens, tras una denuncia vecinal que reportó una pila de bicicletas eléctricas en un patio. Estos vehículos se han multiplicado en la ciudad debido a los servicios a domicilio. Asimismo, durante la inspección, «las unidades descubrieron condiciones de vida peligrosas en aproximadamente 40 camas en la planta baja y en el sótano», dijeron los bomberos a los periodistas.
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«El espacio comercial del primer piso del edificio y el sótano lo transformaron ilegalmente en dormitorios, con 14 literas y 13 camas apretadas entre sí en los dos pisos», añadió el servicio de inspección de edificios de la ciudad.
La crisis inmobiliaria y en el costo de vida azotan la ciudad, agravados por la pandemia de covid-19 y la inflación. Nueva York se enfrenta también desde hace meses a la emergencia que implica acoger a decenas de miles de solicitantes de asilo. Estos cruzan hacia Estados Unidos desde la frontera con México.
Adaptación
La ciudad de 8,5 millones de habitantes ha adaptado hoteles y construido instalaciones para albergar a más de 160,000 inmigrantes desde el 2022. De los cuales 68,000 todavía estaban alojados en la ciudad en enero.
También se han endurecido las reglas, al pasar a una recepción limitada ahora a 30 días para adultos solteros y a 60 días para familias. Después de ese período los migrantes deben volver a presentar su solicitud.
«Lo que descubrimos anoche también es síntoma de una crisis más amplia de escasez de vivienda, de la que ya hemos hablado muchas veces», comentó a los medios la vicealcaldesa de Vivienda de Nueva York, María Torres-Springer.