«Todo lo pierdes, todo lo dejas»: Drama de quienes son deportados de madrugada

0
664

ESTADOS UNIDOS. Hace siete años que De los Santos no venía a México. Trabajaba como obrero en Estados Unidos los siete días de la semana. Pero a este mexicano le tocó regresar a su país de origen, no voluntariamente. Fue deportado con un procedimiento rápido y en menos de quince días de su detención pisaba el suelo de Tijuana.

Como él, miles de personas corren la misma suerte, mientras la mayoría duerme. En medio de la oscuridad en la frontera llegan a esta ciudad decenas de deportados de varias ciudades de Estados Unidos.

Hugo Castro, del grupo Ángeles de la frontera, afirma a un equipo de Univision que últimamente llegan más y más deportados.

“Estamos hablando de deportaciones hasta las 12 y la 1 de la mañana”, dijo a Univision.

La mayoría de los deportados son hombres. “Es algo que no se veía desde hace muchos años, yo creo que desde 2011”, afirma Castro.

En su opinión, el incremento de las deportaciones nocturnas tiene el propósito de “hacer más invisible al invisible”.

Este es el pasillo por el que salen los deportados de EEUU a la fría noche de Tijuana. Según el activista Hugo Castro, del grupo “Ángeles de la frontera”, últimamente están llegando más y más deportados. Algunos arriban a la medianoche.

De los Santos llegó también de noche. Lo peor, según dice, no fue como lo trataron en Estados Unidos los agentes de inmigración sino llegar a un sitio que no conoce (Tijuana).

Ahora, lo único que trae son sus documentos y una ropa en muy mal estado, rota. La organización Ángeles de la frontera le ofrece unos pantalones y abrigos para soportar las bajas temperaturas, así como algo de alimentos.

“Yo venía de trabajar y me disponía a ir a comer a mi casa. Cuando iba a mi carro pasó una camioneta a toda velocidad y chocó contra mi carro, lo dejó todo despedazado. Y cuando llegó la policía me esposaron y me llevaron”, relata.

Deportados de EUA

De los Santos recibió cargos por conducir bajo la influencia del alcohol y una orden de deportación express.

Tres historias muestran cómo las deportaciones quizás no sirvan para sacar grandes cantidades de indocumentados del país, pero siembran el temor entre los inmigrantes.

“Mi familia se quedó (en EEUU)”, dice el hombre, que siente miedo de llegar a Tijuana a esas horas de la madrugada.

No es para menos. El número de asesinatos de la ciudad mexicana es de los más altos del país; en en los primeros diez meses de 2016 se registraron más de 617 homicidios.

Por eso, las deportaciones nocturnas son temidas. “Son más vulnerables de ser secuestrados, asaltados o sufrir opresión policiaca al no tener ningún documento y caminar por la zona norte, que es muy peligrosa”, afirma Hugo Castro.

El equipo de Univision constató que el módulo de ayuda a los inmigrantes estaba cerrado a esas horas, por lo que a los desterrados no les queda otra opción sino la de lanzarse a la noche a buscar cobijo.

De los Santos lamenta las perdidas que implica la deportación. “Todo lo dejas, todo lo pierdes. Mis dos carros, las cosas que tenía para mi familia…», afirma al borde del llanto.