HONDURAS. La escasez de agua potable en Tegucigalpa ha alcanzado niveles críticos, con un déficit estimado en 100 millones de metros cúbicos, que afecta a cientos de barrios y colonias, advierten expertos.
Actualmente, la represa Los Laureles opera al 29% de su capacidad y la represa Concepción al 39%, niveles que son insuficientes para cubrir la demanda de agua en la capital. Esta situación lleva a muchos residentes a pasar hasta 15 días sin acceso al suministro de agua, obligándolos a depender de la compra de agua en pipas para satisfacer sus necesidades básicas.
A pesar de la evidente crisis, las autoridades no han querido decretar emergencia, con la esperanza que comience la temporada de lluvia.
Arturo Trochez, gerente de la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS), declaró a HCH: «No consideramos tomar algún decreto de emergencia, estamos tomando todas las consideraciones para que los capitalinos tengan servicio en lo que queda del año».
Promesa de solución
En respuesta a la crisis, el alcalde Jorge Aldana ha prometido la construcción de varias represas en los próximos años. Sin embargo, el primer proyecto, la represa San José, no estará lista hasta 2026. «En este momento hay dos proyectos de represas: la represa San José que va a estar lista en enero del 2026 y represa Jiniguare, que estamos a punto de cerrar negociación.
El edil, además, informó que han recibido el diseño de la represa Quiebramontes y también el diseño del conector del Río Choluteca. «Con esos proyectos podremos arrancar a hacer grandes inversiones para el agua potable en la capital», detalló Aldana.
La implementación de las nuevas represas y sistemas de conexión promete un futuro con mejor suministro de agua. Sin embargo, actualmente, la población enfrenta una situación crítica que requiere acciones urgentes.