Jovencita hondureña se aferra a un milagro para seguir viviendo

Para ayudas puede depositar en Banco Atlántida, a nombre de Nelly Suyapa Rodríguez, número 011200520952. También puede llamar a los teléfonos de sus parientes: 9930-7529: y 99307529; Reina Rodríguez y Alfonso Rodríguez. Además, puede escribir al correo del periodista: arieltrigueros@outlook.com

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SAN PEDRO SULA. «Hay personas que luchan un día y son buenas, hay otras que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenas, pero hay las que luchan toda la vida: esas son los imprescindibles», dijo Bertolt Brecht.

Esta es la cita perfecta para Dania Nayeli Rodríguez Moreno, con apenas 16 años de edad, quien se debate entre la vida y la muerte en el conocido Hospital de Occidente, en el departamento de Copán.

Lo que más atrae de Dania es su dulzura, sus ojos son bellos y su cabello es radiante, su belleza es motivo de admiración, pero su fuerza es más grande que cualquier otra cosa.

La jovencita nació en el municipio de La Unión, Copán y es residente de la Aldea de San Andrés Minas. Dania nació como todo bebé, un llanto enorme, pero a la vez, con una gran felicidad por conocer el mundo; sin embargo, esa sonrisa ligera se acabó temprano…muy temprano, pues al poco tiempo de nacida se dieron cuenta que presentaba problemas en el corazón y en los primeros seis o siete meses estuvo sometida dentro del referido centro hospitalario.

Las condiciones eran difíciles, el diagnóstico no era alentador, pero sus padres junto al resto de su familia, comenzaron a pagarle un tratamiento para que la niña creciera con normalidad, pero la situación fue empeorando y se vieron obligados a sacarla del país, fue a través de una organización que fue trasladada a los Estados Unidos, allá estuvo durante dos meses, pero los médicos le dijeron que no resistiría una operación y era la única solución al problema… al menos desde el extremo de la ciencia.

Aferrada a la fe, Dania, una joven creyente y que se congrega en una iglesia de su pueblo, dijo en ese entonces que Dios la curaría y que él era quien tenía la última palabra. Los expertos de la medicina le dijeron que sólo tenía seis meses de vida, no obstante, sigue viva, muy delicada, pero viva.

Su problema de salud es algo conocido popularmente como «soplo en el corazón» y la enfermedad a medida que avanza le afecta los demás órganos, ha estado en un tratamiento costoso, con medicamentos de precios muy altos y las crisis no han parado.

La pequeña Dania, su hermanito y sus dos padres

SU DIAGNÓSTICO

Insuficiencia tricúspidea e hipertensión pulmonar:  La insuficiencia tricúspide supone que parte de la sangre del ventrículo derecho pase a la aurícula derecha durante la sístole, lo que da lugar a que se produzca sobrecarga de volumen en ambas cámaras, la cuales tienden a dilatarse. En tanto, la ipertensión pulmonar es una presión arterial alta en las arterias de los pulmones y hace que el lado derecho del corazón se esfuerce más de lo normal.


SU SUEÑO

Es ser doctora para ayudar a personas con su misma condición.

El pasado lunes estuvo internada de forma expedita dentro de una clínica de la referida aldea, puesto que sufrió un desmayo inminente cuando el reloj marcaba las 10 de la mañana, seguidamente fue trasladada de emergencia al Hospital de Occidente, donde en este momento lucha por su vida.

«El procedimiento que le hicieron ahorita es un neumatorax, ella es valiente, es una guerrera y estamos peleando para que sobreviva», dijo a Diario TIEMPO, Reina Rodríguez, tía de la menor.

ESPERAN UN MILAGRO

Los médicos comentan que ella quiere retornar a clases, le hace falta su colegio en Cucuyagua, Copán, pero realmente ella no puede estudiar. En 2015 le dio una crisis, tenía perdido parte de un riñón y pulmón, los galenos le dijeron a su familia que ella no debe estudiar por el problema en el corazón, cosa que la obligó a retirarse, pero fue peor porque llegó la depresión.

Posteriormente fue reintegrada al sistema educativo y fue mejorando bastante, pero las recaídas han estado a la orden del día y este 2018 no ha sido la excepción.

Ahora, los cardiólogos les han dicho que la menor debe ser operada, de lo contrario podría morir, pero ella entre dolor y el llanto de sus padres, se aferra a un milagro.

El sufrimiento no es ajeno a sus padres, Héctor Alfonso Rodríguez, quien por mucho tiempo trabajó como operador de carga pesada, pero actualmente no tiene empleo, así como su madre Gladis Ondina Moreno, ama de casa. También tiene un hermanito de siete años de edad, de nombre Héctor Antonio Rodríguez.

Un paso fugaz por la vida de la pequeña Dania Rodríguez.

Para ayudar a la joven se han hecho algunas maratones, pues el costo de su tratamiento es elevado, no se diga de la operación, la cual le mejoraría su calidad de vida.

El entorno de la bella joven se esparce entre la naturaleza del departamento de Copán, es como un pájaro reposando mientras espera entre su nube, un milagro que le traiga felicidad plena. Ha tenido el gozo de conocer personalmente a sus modelos…sus padres, a esos personajes que le han dejado una marca, un sello y la han constituido en todo lo que ahora es.

Dania sigue enfrentado a la vida y se fortalece, se da cuenta de lo bello y lo profundo que es existir, los aprendizajes se afianzan cada día a su salud, el moverse, cuidarse, los afectos, el aire, la montaña, una risa, un almuerzo, una café, un asado familiar, todo lo que está a su alrededor que cada minuto se convierte en un tesoro y en una alegría.

Ahora enfrenta la lucha más difícil de su vida

«Luchar no es sinónimo de vencer, es sinónimo de continuar en la batalla y nunca darnos por vencido»

Fuerza Dania