Redacción. La diputada del Partido Nacional, Ariana Melissa Banegas, explicó que el mal procedimiento para llevar a cabo el proyecto de construcción de un nuevo crematorio municipal en Tocoa, Colón, ha creado una crisis en las comunidades de la zona.
«Se debió consultar con las comunidades antes de comprar el terreno y de instalar el proyecto, como no se hizo correctamente el procedimiento tenemos precisamente el rechazo de la población», indicó la congresista.
Para Banegas, la situación «ha sido mal manejada», pues considera que para ejecutar un proyecto en una comunidad es más que necesario «reunirse con las comunidades colindantes, plantearles el proyecto y después de conseguir la venia (permiso), se compra el terreno para realizar su proyecto».
Sin embargo, los encargados hicieron lo expuesto, lo que ha creado inconformidad y rechazo de las comunidades hacia los que están enfrente de la obra.
Comunidades rechazan nuevo crematorio
«Se compró el terreno donde se piensa instalar el nuevo basurero sin consensuar con las comunidades. Ha sido masivo el rechazo de las comunidades que están alrededor, donde ya están prácticamente comprando el nuevo proyecto», apuntó.
Banegas expuso que los vecinos del crematorio -ya existente- se quejan por dos razones válidas. Primera: «En verano cuando es intenso el calor hay gran proliferación de bacterias y de moscas en las colonias alrededor». Segunda: «Cuando se realiza la quema de la basura, prácticamente esa gente respiran la basura».
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Antecedentes
Según las declaraciones del diputado del departamento de Colón, Ramón Soto, hace dos semanas se aprobó un préstamo por un monto superior a los 60 millones de lempiras. Unos 15 millones se destinaron para la apertura del nuevo crematorio municipal, ubicado cerca de las comunidades como Quebrada de Arena y Salamá.
Sin embargo, la población de esas comunidades han rechazado este proyecto debido a, según ellos, su gran importancia como área de nacientes de agua. Además, esto porque podría poner en riesgo los recursos hídricos locales y contaminar el subsuelo.
«El terreno se compró bajo la polémica y sospecha de malos manejos, y en contra de la voluntad de los pobladores y de lo que manda los leyes ambientales«, dijo el congresista a Diario Tiempo.
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