El gobierno reconoce que el cese de operaciones del Grupo Continental impactará negativamente la economía nacional, aunque trata de minimizar esta reducción al situarla en 0,03% en relación con el producto interno bruto (PIB).
“El secretario de Finanzas, Wilfredo Cerrato, considera que el mayor impacto será en la parte de ingresos, lo cual repercute directa e indirectamente “en el nivel de ingresos por lo que son las fuentes de empleo, los tributos, que no es más del 3 por ciento”.
Es una forma alegre de apreciar la desgraciada situación creada por el apresuramiento de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI), que de “un solo pencazo”, como decía el general (expresidente) López Arellano, ha paralizado alrededor de 50 empresas y colocado en situación de desempleo, directo e indirecto, a alrededor de 300 mil trabajadores, algo así como 6 mil familias.
Bajo esa perspectiva, el supuesto poco impacto en la economía se traduce en descomunal golpe a la estabilidad vital de la familia hondureña, cuyos afectados, con toda la razón del mundo, sienten el derrumbamiento de la seguridad familiar y se ven ante un oscuro e insondable futuro.
Por su lado, y siempre en la misma tónica festiva, el director de la OABI, Francisco Zavala, afirma que esta entidad “sí tiene capacidad para manejar todas las empresas que asegure porque el gobierno autorizó la conformación de una unidad de apoyo con abogados especialistas en Derecho Corporativo y Mercantil, contadores especializados y administradores de empresas, acompañados por la comunidad internacional”.
Esa unidad de apoyo, etiquetada Grupo Interagencial, está constituido con la OABI, la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) y las secretarías de Finanzas (SEFIN), de Relaciones Exteriores (SERE) de la Presidencia (SEPRES) y de Trabajo (SETRA). En Dios confiamos, según el lema del dólar.
El acompañamiento en esta acción de salvamento, según la información oficial, proviene de expertos del Banco Mundial (BM) que “vendrán a capacitar al personal de la OABI sobre el manejo temporal de los bienes asegurados al Grupo Continental propiedad de la familia Rosenthal”. O sea que, en buena lógica, la OABI todavía no está lista para tal administración.
El viacrucis de los empresarios relacionados al caso de la liquidación forzosa del Banco Continental, y, en términos humanos, el de los miles de empleados ahora sin empleo (valga la redundancia) prosigue su ruta inmisericorde.
El destino de este “caso aislado” está fuera de la Patria, al margen de la soberanía nacional, y, aparte de los constantes viajes a Washington de secretarios de Estado y de otros altos funcionarios para recibir las órdenes pertinentes, contamos, ya se ve, con la experticia del Banco Mundial. ¡Qué dicha más grande/nacer en Honduras!
