ESTADOS UNIDOS. Tras una estrecha votación de 52-48, el Senado confirmó oficialmente a Amy Coney Barrett para el nombramiento de la Corte Suprema del país norteamericano.
Lo anterior, significa una gran victoria para los republicanos, que trabajaron rápidamente, e ignoraron los precedentes anteriores, para avanzar en su nominación.
Barrett, quien ahora ocupará el asiento de la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg, es una conservadora acérrima. Cuyo voto podría ser el decisivo en los próximos casos relacionados con la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.
Asimismo, en la Ley de los derechos al aborto y los derechos al voto. Su confirmación solidifica una mayoría conservadora de 6-3 en el Tribunal Superior y es probable que afecte su sesgo durante décadas.
Al final, todos los senadores republicanos, excepto Susan Collins, votaron a favor de la confirmación de Barrett. Collins votó en contra de Barrett, porque no estaba de acuerdo con el proceso utilizado para su nominación, algo a lo que los demócratas también se habían opuesto y por ello, ninguno lo hizo
Cabe recordar, que los demócratas también habían expresado su preocupación. Eso, ante el sesgo conservador de los escritos y opiniones anteriores de Barrett, según sus consideraciones.
En general, la nominación de Barrett ha sido controvertida por muchas razones, incluida su oportunidad. En 2016, los republicanos del Senado se negaron durante meses a considerar a un candidato a la Corte Suprema.
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Republicanos ganaron el pulso a los demócratas
Lo hicieron hasta después de las elecciones generales, argumentando que el pueblo estadounidense, a través de sus votos, debería tener voz en el proceso. Este año, sin embargo, con menos de dos meses para las elecciones, los republicanos actuaron para acelerar la confirmación de la ahora juez.
El ala oficialista hizo de la aprobación de la nominación de Barrett su prioridad absoluta, incluso cuando varios legisladores fueron diagnosticados con coronavirus y las conversaciones de estímulo seguían estancadas.
«Nada de esto es normal», enfatizó el senador Cory Booker, al comienzo de la audiencia de confirmación de Barrett. «En lugar de hacer algo para ayudar a las personas que están luchando en este momento, estamos aquí«, subrayó.
Apenas ocho días antes de las elecciones generales, Barrett ahora se une al Tribunal Superior. Su confirmación apresurada recalca aún más, cuán decididos están los republicanos a continuar su trabajo de reestructuración del poder judicial federal.
De igual forma, abre la puerta a una respuesta demócrata comparable en caso de que recuperen la mayoría en el Senado. En el cual, actualmente, sus contrarios políticos comandan.
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La nominación de Amy Barrett
Con su confirmación, Barrett, de 48 años, se convierte en la jueza más joven de la Corte Suprema y la primera en ser madre de niños en edad escolar.
Anteriormente, ella fue juez del Séptimo Circuito y profesora de derecho de Notre Dame durante mucho tiempo. También, trabajó para el ex juez de la Corte Suprema Antonin Scalia, y enfatizó que su enfoque en el originalismo es similar al de él. «Su filosofía judicial es la mía también«, dijo.
Por otro lado, también es una católica devota y ha escrito en el pasado sobre cómo la fe se relaciona con las decisiones judiciales sobre la pena de muerte. A su vez, ella estará entre los seis jueces de la corte que se adhieren a dicha denominación religiosa.
Entre los primeros casos que Barrett considerará como juez de la Corte Suprema se encuentra uno que examina si la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio debe ser revocada.
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A la espera de cualquier decisión de recusarse, sopesará si un cambio en el mandato individual: el impuesto que tenían los estadounidenses pagar por no tener seguro médico – afectaría la validez de toda la ley.
Al igual que los candidatos judiciales anteriores, Barrett no comentó cómo se pronunciaría en casos particulares como este. Ha sido crítica con las opiniones pasadas del juez John Roberts, sobre la preservación de la ACA.
Después de la decisión de 2012 de NFIB v. Sebelius, que preservó la ACA, publicó un argumento en el que señaló que la conclusión de Roberts «empujó la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio más allá de su significado plausible para salvar el estatuto». No obstante, hay razones para creer que ella puede ver el caso actual de manera diferente.
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