En una bicicleta, cargando una mochila, José Geovanny García, recorría las calles del sector Pénjamo, al norte de Honduras, sin imaginar que ese viaje hacia su hogar sería el último. Varios balazos lo hicieron caer para no levantarse más, y así, en un crimen sin muchos detalles, desconocidos le arrebataron la vida a un gran talento de El Progreso.
«El Peludo», como le decían sus allegados, tenía 44 años de edad, y era reconocido por sus aportes al atletismo y fisicoculturismo. El acercamiento que tenía García con los progreseños hizo que la noticia se difundiera con rapidez.
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Minutos después del crimen, las redes sociales se inundaron de mensajes lamentando que la violencia que corroe a Honduras, le arrebatara la vida. José Geovanny era miembro de la Federación Nacional Hondureña de Atletismo y la Federación Nacional de Fisicoculturismo.
Asimismo, en su ciudad natal, quiso dar sus aportes y fue uno de los fundadores del club «Atletas Progreseños»; si había una carrera organizada en su municipio, no había duda, «El Peludo» seguramente era uno de los organizadores.
Representó a Honduras en torneos centroamericanos y también participaba en torneos nacionales, siendo ganador de múltiples medallas. En los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, también estuvo presente García.
Pero no solo era un prominente atleta, tenía su propio gimnasio y una tienda de venta-reparación de teléfonos celulares. A eso de las 6:00 p.m., terminó su jornada laboral y se dirigía hacia su hogar. Le gustaba trasladarse en su bicicleta, aseguran sus allegados.
Piden justicia para «El Peludo»
Poco se conoce de qué ocurrió en el trayecto. Lo cierto es que de un instante a otro, en el sector Pénjamo trataron de llevarlo con urgencia al hospital en un vehículo. Sin embargo, García falleció tan solo segundos después de que las balas impactaran su cuerpo.
Era servicial y se proyectaba con su comunidad, razón por la cual lo recordarán como un «gran líder» y un gran atleta. Además, quienes alcanzaron a tratarlo íntimamente, lo destacan como «un hombre trabajador y dedicado a sus negocios».
«El Peludo» deja una huella en los progreseños, los mismos que hoy piden a las autoridades que aquel hecho que dejó una mochila y una bicicleta tiradas al lado de su cuerpo, no quede en impunidad.
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