Redacción. La presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Anabel Gallardo, consideró necesaria la inversión en nuevas tecnologías que vuelvan a la sociedad más resiliente ante los efectos del cambio climático.
Gallardo manifestó que las situaciones climáticas que afectan al país son una oportunidad para los inversionistas, empresarios e incluso para el gobierno, con el objetivo de invertir en las represas, garantizar la generación de energía y evitar inundaciones.
“Es una prioridad que tenemos porque hace años hablamos de este tema y no se concretiza nada. Todos los años tenemos en algunas épocas la escasez de lluvia y de repente se nos viene mucha agua”, expresó.
La lideresa añadió que este tipo de “embates” que producen los fenómenos naturales no son generados por el gobierno. Por ello, señaló que es urgente unir esfuerzos para «implementar tecnologías que nos vuelvan más resilientes como sociedad».
La representante de la empresa privada agregó que se debe aprovechar las grandes cantidades de agua que generen las lluvias para poder almacenarla. Posterior a ello, utilizarla en épocas de escasez a través de sistemas de riego, uso de agua potable y para la generación de energía.
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Inversiones
Entre otros puntos, Gallardo indicó que existen organismos internacionales que pueden apoyar a Honduras para ejecutar este tipo de inversiones. Asegura que únicamente «se necesita la decisión de los gobiernos y trabajar en conjunto con la empresa privada».
Respecto a las inundaciones en el Valle de Sula durante la temporada lluviosa, ejemplificó que ahí existen empresas que operan y tienen disponibilidad de invertir en proyectos en conjunto con el gobierno y evitar inundaciones.
«Es importante unir esfuerzo para hacer las grandes obras que se requieren», dijo.
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Según la Organización de las Naciones Unidas, el cambio climático se refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos.
Los cambios pueden ser naturales, debido a variaciones en la actividad solar o erupciones volcánicas grandes. Pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.