Redacción. Los desfiles patrios del 15 de septiembre son el espacio perfecto para que muchas jovencitas demuestren sus habilidades y belleza, pero junto a ellas también destacan los espectaculares trajes que engalanan los grupos de palillonas, con los que roban las miradas y suspiros del público.
Cada pieza tiene sus elementos únicos, especiales y sobre todo representativos de la cultura y belleza del país cinco estrellas.
Sin duda, unas palillonas y trajes que destacan a nivel nacional cada 15 de septiembre son las del Instituto Cosme García C, de la ciudad de las colinas, Danlí. Estas preciosas y únicas obras de arte son elaboradas por la diseñadora hondureña, Carlota Molina de Lovo.
Desde hace más de 20 años, doña Carlota prepara, diseña y confecciona vistosos trajes, inspirados en muchos detalles de Honduras y que se gana un lugar especial en los desfiles de Danlí, pero también en los medios de comunicación y redes sociales.
La diseñadora originaria del municipio de El Paraíso, pero residente en Danlí, con una amplia carrera y experiencia en la alta costura, conversó de manera exclusiva con Diario Tiempo y contó más sobre su oficio. De la misma manera, resaltó cómo es el proceso para deleitar e impresionar cada año a los danlidenses con sus trajes de palillonas.
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La entrevista:
¿Cómo nace en usted la pasión del diseño de modas?
Desde pequeña a mí me gustó mucho la confección y aprendí a costurar. Ya cuando fue momento de ir a la universidad entré a la carrera de arquitectura, pero siempre estuve segura de que no era eso lo que quería, sino que quería estudiar algo relacionado al diseño de modas.
En aquel tiempo era más difícil porque aquí no había la carrera, entonces lo más cercano que encontré fue la ciudad de Guatemala y allá estudie diseño de modas en la universidad IFES, ahora universidad del ITSMO. Así fue que comenzó todo.
¿Qué tan complicado fue salir del país para cursar su carrera?
En aquel tiempo sí fue complicadito porque no existía mucha conciencia sobre la carrera de diseño de modas, incluso mis padres, más mi papá no estaba tan decidido si era una carrera con la que yo iba a tener futuro.
Sin duda fue difícil, pero luego tuve la oportunidad de conocer personas, Dios me las puso en el camino y que estaban relacionadas con la universidad del ITSMO. Realmente es una carrera muy completa, llevábamos todo sobre patrones industriales, patrones de alta costura, en sastrería, aparte de todos los diferentes clases de diseños.
Además tuve maestras muy cotizadas, egresadas de universidades como Parsons y entonces todo fue muy completo, pero sí costó algo llegar allí.
¿En qué campo de la moda determinó profesionalizarse?
El área que yo prefiero, que me gusta, me apasiona y a lo que me dedico es especialmente los vestidos de fiesta, para toda ocasión y sin límite de edad. Confeccionamos vestidos especiales para cumpleaños desde un añito hasta cualquier edad.
¿Cuándo inició con la confección de los vestidos de palillonas?
Con los trajes de palillona comencé hace como 20-21 años, precisamente para el Instituto Cosme García C que es al que le hago todos los años y soy egresada de él.
Empezamos así como jugando porque tenía bien pequeña a mi primera hija y, bueno, decidimos a ver qué tal, pero todo fue un éxito desde ese año. Las palillonas fueron a Tegucigalpa, el traje era negro con dorado y desde allí empezó la influencia de los trajes negros.
Ya son más de 20 años y me he quedado con el Cosme García C y casi siempre por el tema del personal que me hace falta no puedo cumplir con las peticiones de otras ciudades e institutos. Este año sí pude elaborar dos trajes especiales para una escuela de El Paraíso.
¿Cómo es el proceso de confección de los trajes de palillonas?
El proceso en realidad viene siendo el mismo desde hace muchos años. Soy yo la que se acerca siempre a la institución, porque cada año cuando termina el desfile todos quedan muy satisfechos y es donde decimos, «bueno, estamos listos para el otro año».
Entonces, ya más o menos en el mes de junio, me empiezo a acercar a la institución para ir buscando a las jovencitas. Allí se arma el grupo, yo ya tengo varias propuestas y las presento en dirección, elegimos un par para ver de cuál encontramos los materiales idóneos y a partir de eso se toma la idea de cómo lo haremos.
Una vez ya coordinado, se les toman las medidas y luego las traigo a mi casa donde está mi taller, procedo a tallarlas y afinar los detalles. Luego, yo me encargo el 15 de septiembre desde las 2:00 de la mañana que llego donde ellas se están maquillando, arreglándose y con mi equipo arreglamos detallitos de última hora y chequeamos todo personalmente.
También marcho con ellas todo el desfile, y llevo un pequeño equipo de accesorios para cualquier cuestión que pueda surgir de última hora durante el desfile.
¿Los materiales de sus trajes se adquieren en el país?
Es de todo un poco. Hay algunos accesorios que los hacemos aquí en casa, otros me los hacen en otro taller, otros se encargan fuera del país. Por lo general, viajo antes para ir a traer algunas telas y materiales de fuera.
Siempre apoyamos el comercio aquí en la ciudad, compramos muchos adornos y materiales de las ventas locales, pero también me gusta usar materiales diferentes de calidad y que se note en el acabado final.
¿Cuáles han sido sus inspiraciones para los trajes?
He tenido muchas influencias a lo largo de tantos años, pero últimamente he usado temas que están relacionados con el país. Entre ellos la H, los trajes típicos llenos de color, el colibrí esmeralda y el año pasado que eran los 50 años del Instituto Cosme García, todo giraba al rededor del mismo, siendo un elemento predominante el número 50.
Este año, de parte de la institución se me pidió que el traje tuviera un poco de influencia española. Entonces llevaban un brocado y varios detalles como la chaquetita de torero.
Por los cambios y modernidad, este año el traje era desmontable, transformable, como se le quiera decir, porque semejaba muchas cosas y quedaba un traje nuevo.
En sus años de experiencia, ¿ha habido alguna palillona que la ha marcado?
Si, claro. Por ejemplo, tenemos una palillona que se ganó su puesto de dirigenta tres años seguidos, que es Daniela Villafranca. Ella dio a conocer muchísimo lo que es el cuadro de palillonas del Cosme García por su gracia, talento, habilidades y belleza física porque es muy hermosa. Además, colaboraba con los cuadros de palillonas a transmitirle a las jovencitas ese espíritu que ella mantenía cuando lo fue.
También recuerdo a Abril Rodríguez, muy linda, otra dirigenta que destacó mucho. Hay muchas niñas que han destacado en los cuadros de palillonas, porque disfrutan muchísimo.
¿Cómo se siente de ver que sus trajes son admirados y tendencia en redes sociales?
En realidad me siento tan emocionada, tan feliz cuando veo que alguna página está subiendo mis trajes, alguien que los publica o cuando alguien me envía algún post por Instagram.
Me siento contenta y recibo todos los comentarios de manera positiva y trato de contestar la mayoría en mi Instagram. Me llena de tanta satisfacción ver que recibo comentarios no solo de Honduras, sino que del mundo y eso me anima cada año a seguir adelante. Es muy bonito tener ese apoyo y sentir ese calor, es muy gratificante.
¿Qué más se confecciona en su taller?
Trabajamos todo el año, básicamente comenzamos a finales de enero, en un horario desde las 8:00 de la mañana a las 5:00 la tarde. Hacemos trajes de cumpleaños que me piden de princesas, el sueño de toda mamá con sus muchachitas.
He tenido la dicha de que hay niñas que las he vestido desde que tienen un año, luego cuando se gradúan de sexto grado, del colegio, universidad y las seguimos vistiendo hasta que se casan. Es algo muy bonito.
Gracias a su taller ¿genera empleos?
Ese es uno de los detalles más bonitos y más importantes. Me gusta poder dar oportunidad de empleo, pero lastimosamente aquí en Danlí está muy escasa la mano de obra calificada en la costura, creo que se han terminado las academias de corte y confección.
Entonces no se encuentra mucho de donde tener personal, pero sí tengo empleadas permanentes, otras vienen 2 o 3 veces a la semana, me encanta tener jovencitas que me ayudan a cortar aplicaciones, colocarlas. Damos trabajo y aquí también hay una empresa de confecciones que en muchas ocasiones me colaboran para sacar el trabajo.
Eso es lo que me gusta, poder dar trabajo, oportunidades, apoyar la empresa local lo más que se pueda.
¿Qué significa poner en alto el nombre de Danlí?
Es algo que me llena de mucha satisfacción, sobre todo cuando pensamos en aquel dicho que dice «nadie es profeta en tierra», pero yo si he podido sentir el apoyo de la gente aquí en Danlí, no solo para el 15 de septiembre, sino que todo el año que recibimos pedidos, en ocasiones con pena digo que no por la falta de personal.
Me siento contenta de poder estar en eventos especiales de muchas persona conocidas. El campo se ha abierto mucho y a través del Instagram también recibo pedidos fuera de Danlí y los hemos logrado hacer sin que el cliente tenga que venir hasta acá.
Nos hemos podido expandir fuera de Danlí y lo que puedo decirle a la población es que estamos felices de servirles y complacerles sus deseos para sus eventos.
Doña Carlota Molina de Lovo deja en evidencia que en Honduras existe mucho talento, creatividad y belleza. A su vez, insta a las nuevas generaciones a que puedan estudiar y formarse en el campo del diseño de modas y corte y confección, ya que es una profesión única e inigualable.