Redacción. En Honduras son muchos los jóvenes que buscan tener un impacto positivo en la sociedad; entre ellos figuran aquellos que llevan ayuda a los más necesitados y con ello les regalan un momento de alegría.
Brayan Amador, un joven catracho que sintió el llamado de apoyar a los demás, junto a otros jóvenes le dio vida a la Fundación Abrazo de Esperanza, convirtiéndose en una inspiración para los demás.
El joven conversó de manera exclusiva con Diario Tiempo, espacio donde contó más sobre el inicio de su idea y cómo en compañía de varios muchachos han llegado a sitios como asilos, orfanatos, entre otros, para llevar un rato de felicidad a los más olvidados.
«Este proyecto surgió en diciembre del 2024. Yo tenía la idea de unirme a otras acciones de voluntariado, pero no compartía ideas con algunos movimientos, entonces decidí crear una fundación personal, con mis amistades, mi familia, que estaban entusiasmados por hacer esas obras sociales».
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Organización
Abrazo de Esperanza cuenta en la actualidad con un grupo de al menos 35 voluntarios, entre ellos los encargados de la logística, transporte, coordinadores, secretaría. Ellos se dedican a ejecutar al menos una actividad mensual, para así poder llegar a más personas.
«La comitiva la encabezamos Bryan Amador; mi asistente, Fernando Cerna; la secretaria, que es Brendy Anariba; Valery Garner, que es la tesorera; Itzel Barahona, que es la vocal. En redes está Gabriel Barahona, el de logística es Daniel Flores y los demás se integran en los equipos», dijo Amador.
Antes de su primer acción social, todos sostuvieron una reunión para poder organizarse y conocer cuáles eran sus fortalezas según el área. Es por ello que cada quien asume su responsabilidad de la mejor manera posible.
Acciones del grupo
«La visión principal que manejamos como jóvenes es el hecho de ayudar a las personas que más lo necesitan, pero lo más importante es compartir a Jesús, mediante nuestras acciones».
«No queremos ser iguales a los demás que son solidarios solo en temporadas como la Navidad o fechas especiales. No, nosotros nos planteamos una actividad al mes para beneficiar sea a niños, adultos mayores, orfanatos, personas en calles. Nos enfocando en abarcar un porcentaje equitativo para la gente que lo necesita, siempre llevando la palabra de Dios, que es lo que tanto falta en nuestra sociedad», explicó Amador.
Desde diciembre del 2024, Abrazo de Esperanza ha llegado a sitios como el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), Hospital Escuela y el Asilo Hilos de Plata, todos en el Distro Central. Ahora, su próxima actividad dirigida a los niños y madres se está coordinando para el crematorio municipal en la salida a Olancho.
Para poder financiar su obra, los integrantes de Abrazo de Esperanza son muy abiertos a cooperar y de sus propios ingresos disponen para poder compartir con los demás. También, buenos hondureños cooperan donando alimentos, canjes en supermercado, jugos, dulces, entre otros.
Algunas complicaciones a las que se han enfrentado estos jóvenes es el tema del transporte, ya que quizás no todos poseen vehículo. Coincidir en el tiempo libre también es un reto, ya que no todos comparten las mismas agendas. Pese a todo esto, han logrado sacar a flote su obra social.
Los que quieran se pueden sumar
Abrazo de Esperanza es una organización de puertas abiertas para que todos aquellos que desean integrarse, acudan para que la fundación tenga un mayor alcance. La fundación tiene presencia en las diferentes redes sociales, el sitio perfecto para obtener más información.
«Esto está abierto para todo aquel que quiera ser parte del voluntariado de esta obra social. No es ningún movimiento político, universidad, no tiene nada afín, solo es una obra por parte nuestra, que nace en el corazón de cada uno de los voluntarios. Lo más importante es compartir a Jesús, el amor con las personas que más lo necesitan».
De acuerdo con Bryan Amador, esta experiencia para él ha sido muy impactante debido a que desde muy pequeño albergó el sentimiento de la empatía, junto a la inquietud de formar una obra social, situación que hoy está cumpliendo y agradece a Dios.
«Muchas veces es estresado, cansa, pero la satisfacción que queda es agradecerle a Dios porque no nos desampara, nos mantiene con bien y por qué no darle nosotros a los necesitados, hacer una obra para ellos, si Dios es tan bueno. Ese es mi motor, agradarle a Dios con lo que él me da, llevándole alegría aunque sea un ratito a una persona».
Hacer el bien para agradar a Dios
El catracho recomendó a todos aquellos hondureños que tienen voluntad de hacer el bien por los demás, a que no tengan miedo, que no lo duden y lo hagan, ya que la satisfacción personal, junto a la espiritual son enormes.
«El amor al prójimo es algo que Dios nos manda a hacer. Los invito a que se unan a estas causas, a los voluntariados. Sean felices ayudando a los demás, porque Dios los va a recompensar».
La frase: «seamos agradecidos con Dios, abramos nuestro corazón, seamos empáticos con quienes lo necesitan. La gente en las calles necesita de Cristo, amor y uno puede llevar un poco de su corazón, la palabra de Dios que es tan necesaria».
El dato: Pese a que la fundación da sus primeros pasos, ya tienen 35 voluntarios que se dividen las actividades para sacarlas a flote de la mejor manera.