Ondina Maldonado Zavala
¡Bendiga Dios nuestros campos, regándolos con el rocío que cae del cielo, para que se vuelvan fecundos y proporcionen el sustento diario de los hondureños!
¡Bendiga Dios nuestro corazón y nuestro pensamiento, para que como hondureños tengamos la voluntad de enaltecer el sagrado nombre de HONDURAS, y hagamos constantes esfuerzos por culturizarnos!
¡Bendiga Dios nuestra patria y nos ayude a conquistar los altos valores morales, porque son un factor permanente de la paz, el trabajo y la prosperidad!
¡Bendiga Dios nuestra Patria y nos provea de sabiduría, para hacer el mejor uso de los recursos naturales, respetando el derecho a la vida de la flora y fauna de nuestro país!
¡Bendiga Dios nuestra tierra, y que sus hijos tengamos el entendimiento divino, para predicar con el ejemplo, pensando en las presentes generaciones de niños y jóvenes, quienes en un futuro dirigirán las riendas de la patria!
¡Bendiga Dios nuestra tierra, y nos ayude a tener un entendimiento capaz de comprender, que tener la voluntad de no contaminar las calles, los ríos y todo lugar público con desechos, es producto de una educación básica que debemos adquirir a diario!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, facilitando a sus hijos una capacidad de contribuir a la gloria de HONDURAS, a través de un esfuerzo diario por adquirir un vocabulario culto, ameno y distinguido, que forme parte de nuestros hábitos y cultura!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, desarrollando la capacidad de todos aquellos que tienen el privilegio de estudiar en cualquier centro educativo, de obtener, no solo el conocimiento, sino también, el amor por su país, siendo emprendedores de ideas y proyectos que exalten el nombre de su tierra!
¡Bendiga Dios nuestra tierra, permitiendo que personas intachables, se involucren en la política, para que poco a poco sustituyan a los hondureños malintencionados, que hasta el momento han gobernado la Gran Patria de Valle y Morazán!
¡Bendiga Dios nuestra tierra, concediéndole a los “Padres de la Patria” mucha sabiduría e inteligencia, como el gran Rey Salomón en su reino de Israel, donde “tenían una población incontable, como la arena que hay a la orilla del mar”, sin embargo, “Había abundancia de comida y bebida, y reinaba la alegría” 1 Reyes, 4,20!
¡Bendiga Dios nuestra Honduras, concediéndonos un amor patrio tan grande, que sintamos inmensa satisfacción y orgullo, al cantar las gloriosas notas de nuestro Himno Nacional, en todos los días del año!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, permitiendo que los hondureños seamos seres humanos dignos, respetables y confiables, según el legado de nuestros grandes hombres ilustres: Cabañas, Valle, Morazán y el Padre Reyes!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, y nos ayude a contribuir con nuestro trabajo digno y bien hecho, sentando las bases de un país, próspero, justo y equilibrado!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, y nos conceda a los hondureños la luz de la fe, la esperanza, la paz, la alegría y la justicia, para seguir luchando por una Honduras mejor, libre, más humana y más solidaria, en la que todos sus hijos se sientan protegidos y prosperados!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, concediéndonos a sus hijos, el derecho a los principios básicos de la democracia: respeto a los derechos humanos, libertad de expresión, igualdad, derecho a la organización y la participación de la vida política, económica y cultural del país!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, concediéndonos el derecho de vivir en paz, a través de gobernantes que tengan un control correcto sobre sus ambiciones personales, para contribuir con el pueblo más desposeído y vulnerable, en la solución de sus necesidades más básicas!
¡Bendiga Dios nuestra Patria, y nos conceda el derecho de construir un mejor futuro para nuestros hijos y los hijos de sus hijos! AMEN.
