SAN PEDRO SULA.- El progreso, los fenómenos naturales y los efectos del tiempo aún no han podido «desaparecer» las viviendas construidas hace casi un siglo y que aún se mantienen de pie en el también histórico Barrio Lempira.
En este sector se encuentra la escuela Ramón Rosa, que según un documento suscrito y firmado por personeros del Congreso y la directora del centro, fue fundado en 1904, lo que la convierte en primera escuela de esta ciudad. El centro educativo está en la sexta avenida entre la novena y décima calle Sur Oeste del Barrio Lempira.
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En la misma avenida que hace intersección con la novena calle de ese Barrio se puede apreciar la casa de madera en la que vivió el doctor Santamaría y su familia. La vivienda en sus años mozos era una estancia de madera más bella del área. Estaba pintada de amarillo, tenía corredor y en el lado izquierdo de su entrada plantaron un árbol de mangos confites, que era el dolor de cabeza del doctor, que a cada momento salía a correr a los alumnos de la escuela que bajaban a garrotazos la fruta.
Enfrente de esta casa, cuya madera muestra los efectos de la polilla y su techo de zinc la del oxido, se encuentra otra casa de madera que, al igual que la del doctor Santamaría, tiene 95 años de haber sido construida. En la casa verde, que muestra mejores condiciones y que resistirá muchos años más la inclemencia del tiempo, reside la familia Voto. Las moradas conservan las mismas láminas de zinc, la misma madera con que fueron construidas.
Otra vivienda que, según algunas referencias tiene entre 80 o 85 años de haber sido construida, es en la que vivió don Roberto Castillo, ex -empleado de la Cervecería Hondureña. Este aposento de dos plantas está ubicado frente a la escuela Ramón Rosa, pero es la más deteriorada de todas.
A lado de la casa de la familia Voto, también fueron construidas otras viviendas que datan desde 1925.
Aunque el tiempo ha estropeado de alguna manera a las viviendas, ellas siguen mostrando su linaje y demostrando que seguirán de pie por algunos años más.
A parte de las casas viejas y la escuela, el barrio cuenta con otras reliquias históricas como el panteón general “San Pedro Apóstol”, en cuyo interior se conservan construcciones que muestra el patrimonio arquitectónico de la ciudad y la avenida Lempira, cuya entrada está custodiada por las esculturas de dos leones, asimismo, expone la estatua del Hombre de la Sierra, que el 20 de julio será reverenciado por los alumnos de diferentes escuelas.
Por Fito Molina