AFP. Un alcalde y cinco indígenas murieron asesinados en dos hechos separados este viernes, en una violenta jornada de vísperas de navidad en el departamento colombiano de Cauca (suroeste), donde abundan las plantaciones de hoja de coca y marihuana, informaron autoridades.
El alcalde de Guachené (suroeste), Elmer Abonía Rodríguez, fue asesinado en la noche por desconocidos en una zona rural del municipio, informó en la red social X (antes Twitter) la fiscalía, que «destacó un equipo especializado para determinar las posibles responsabilidades».
Horas antes, en la madrugada, una comunidad indígena del pueblo nasa se vio sacudida por la masacre de cinco de sus miembros, incluida una menor de 15 años, en el vecino municipio de Santander de Quilichao, a unos 20 kilómetros.
Hacia las 04H00 (09H00 GMT) hombres armados irrumpieron en la casa del profesor Jhon Freiman Ramos y dispararon contra su familia. Además del docente, fallecieron su esposa Yisel Menza y su hija menor de edad, Jelen Ramos, según un boletín de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, que también lamentó el asesinato de otros dos hombres en el mismo resguardo.
Con relación a la muerte del alcalde de Guachené, #Cauca, Elmer Abonía Rodríguez, en la vereda Cabito en Cauca, la Fiscalía destacó un equipo especializado para determinar las posibles responsabilidades en este caso. El CTI de la Fiscalía apoyará a la Sijín de la Policía en los…
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) December 23, 2023
-Narcocultivos-
La zona concentra grandes extensiones de narcocultivos y en ella operan disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estos últimos, negocian con el presidente Gustavo Petro luego de rechazar el acuerdo de paz de 2016.
El gobierno de Petro, el primero de izquierda en Colombia, pretende extinguir por completo el último conflicto armado interno del continente mediante diálogos de paz o beneficios penales a los grupos del narco que acepten desmantelar «pacíficamente» el negocio.
Sin embargo, su llamada política de «Paz Total» todavía no logra detener la espiral de violencia que envuelve al país luego del desarme de las FARC.
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-«Compleja situación»-
Electo en 2019 por el Partido Liberal, el alcalde Abonía Rodríguez estaba a punto de finalizar su periodo, que va hasta el 31 de diciembre. Según la prensa local, lo atacaron a balazos al término de un acto público en un poblado rural llamado Cabito.
En septiembre el mandatario denunció una «compleja situación de orden público» y pidió «apoyo del gobierno y la fuerza pública» en una entrevista con la televisora RCN, a propósito de la muerte de una niña durante un cruce de disparos en Guachené.
«Las capacidades del municipio son insuficientes», reclamó entonces. Ese mismo mes asesinaron a el concejal del municipio William Fory, que buscaba la reelección.
Desde enero las muertes de violencia política han aumentado casi continuamente. Esto, ha roto la tendencia de descenso que traían desde finales de 2020, según la ONG Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
El llamado Estado Mayor Central, el principal grupo disidente de las FARC que opera en la zona, acordó a comienzos de año un cese al fuego con las fuerzas estatales.
La tregua se mantiene a pesar de varias violaciones al cese al fuego.
«Para nosotros es muy delicada la situación. Ya hemos tenido durante los últimos cuatro años situaciones contra la vida de líderes comunitarios indígenas, profesores y bienes sociales en el sector. Hacemos un llamado para que los crímenes se esclarezcan», dijo a Blu Radio la alcaldesa de Santander de Quilichao, Lucy Amparo Guzmán. AFP.